inkigayo sandwich

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-¡No lo entiendes, Jeongin!

La sala de espera era un caos, para los demás idols no era sorpresa que la sala donde estaba aquel grupo fuera la mas ruidosa de todas, al final ya se habían acostumbrado a sus quejas al calentar y sus bromas que, muchas de las veces incluían gritos.

Pero esta vez pasaba algo diferente ahí dentro.

-Oh, vamos Hyunjin-hyung, ¡No es tan difícil! Solo ve y dale el puto sándwich, no entiendo por que se te complica tanto.- Habló el maknae, comiendo uno de los brownies de Felix, relajado, habían terminado de presentar God's menu y las salas de inkigayo siempre eran las mas cómodas para descansar.

-¡Hablas así solo porque nunca te tuviste que esforzar para conseguir pareja! Desde que entraste en la empresa solo te hizo falta tu cara y tu culo para conseguirte novio fácil.- El mas alto se desplomó en uno de los sillones, soltando un pesado suspiro.

-Hey, Hwang, cuidado con lo que dices sobre el culo de mi novio.- Advirtió Christopher, con la boca llena de una rebanada de pizza.- Y tiene razón, no se por que te preocupas tanto, take it easy.

Hyunjin miró lo que tenía en las manos, un sándwich envuelto en una servilleta y un pequeño papel, color celeste, escrito con pulcra caligrafía: 

"Hey, Kim
¿Te parece salir algún día? ;)

- SKZ Hyunjin <3"

Entre muchos idols era tradición usar los sándwiches de inkigayo para mandar mensajes disimulados, la mayoría de las veces invitaciones a salir o sus números.

-¡Oh, vamos, bro!- Jisung se dejó caer a su lado, pasando un brazo por sus hombros.- ¡Eres Hwang Hyunjin, no te va a decir que no!  Y aunque lo haga, ¿Qué de malo puede pasar? ¿Que te mire con ojos tristes?

-O que se ría y te humille frente a cientos de idols.- Dijo Minho, al otro lado de la habitación, con la vista pegada en su celular, ganándose un golpe de uno de los tenis de Han.- ¡Eso huele mal y dolió!- Reclamó.

Hwang se derribó aún más en su lugar (si es que eso era posible), perdiendo cada vez más la confianza con la que había entrado al lugar, porque conquistar a Kim Seungmin era imposible.

Kim Seungmin, el solista de la voz de oro, alguien que podía hacer todo tu cuerpo temblar con solo cantar una nota, Hyunjin se preguntaba si en verdad era real como para ser así de perfecto, se había cuestionado todas las variantes posibles, una ilusión, un ángel, una estrella caída del cielo, pero cada vez que sus promociones coincidían confirmaba que era 100% real y que movilizaba todo dentro del mas alto que lo que lo hacía por la pantalla.

Porque, oh Dios, Kim Seungmin, ademas de talentoso, era extremadamente hermoso, cabello de un suave color vino, mejillas rellenas pero no demasiado, lo suficiente como para que no te pudieras resistir a apretarlas, esa aura tranquila y ese parecido a un perrito tenían a Hyunjin babeando a sus pies (no literalmente), y el mayor solo ansiaba un mínimo acercamiento, una charla, al menos una sonrisa, pero no, nada, el chico solamente seguía ahí, ignorando todas sus señales.

Y cuando miró a la pantalla, supo que era la hora de su fin.

Ahí, en el escenario, con un micrófono frente a él estaba su muy-imposible-fuera-de-su-alcance-crush, sentía que se deshacía por cada nota que salía de su boca, no, se negaba, Seungmin no era real, no había manera en la que lo fuera, nadie existente podría ser así de perfecto y causar ese efecto en él.

Porque sí, Hwang Hyunjin estaba profundamente enamorado.

Cuando terminó de cantar sintió un increíble vacío en su corazón, tendría que repetir ese stage una y otra vez (de todas formas, no era como si no lo hiciera con todos y cada uno de los stages que el solista tenía), pero de pronto sintió una mano jalándolo y sacándolo de la sala, dejándolo a su merced en el pasillo.

inkigayo sandwich | hhj + ksmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora