7 Pelea🔥💖

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—¿Entonces? ¿Hablaste con él?

Alejandro lanzó un gemido cuando el cuerpo pesado cayó sobre él en el sofá. Iván salpicaba besos por cada espacio. Entretanto, luchaba por quitarle la ropa e intentaba hilvanar una conversación en medio de esa avalancha lasciva que los cubría cuando apenas llevaban algunos minutos de reencontrarse.

—Espera, amor, ahora no...

—¿Por qué no? —preguntó Iván. El corazón martilleaba en su pecho.

El deseo rugía entre ellos de una manera bestial. Ese era el concepto. En eso se convertía el ucraniano cuando Alejandro estaba cerca de él. Le encantaba tenerlo de este modo, entregado cien por ciento.

—Porque mi hermano y Vanya van a entrar en cualquier momento. Estamos en la sala, no en nuestro cuarto.

Iván lo besó, haciendo oídos sordos, y mordió sobre la clavícula mientras luchaba con el maldito botón del medio de la camisa, que no quería ceder.

—Antón me dijo que estabas mal...

Alejandro luchó por controlar las manos de su novio y las suyas propias, que en un principio parecían haber adquirido vida propia.

Lo había visto frente a la ventana, pensativo y hermoso, y entonces giró hacia él. Las pupilas de esos orbes grises se habían expandido al límite y fue como olvidarse que podía dominar su cuerpo. Iván había caminado hacia él. Sus labios chocaron con tanto deseo que era impensable después de un año de lo mismo, pero el fuego que incendiaba sus cuerpos estaba intacto como el primer día, como la primera noche en donde Iván lo había hecho suyo entre sábanas de algodón, encaje y satén rosa.

—El hijo de puta no quiere la revancha y menos fuera de Rusia.

Iván controló el deseo impetuoso y la necesidad de devorar a ese hombre debajo de él. Acarició sus mejillas y delineó los carnosos labios, besándolo con ahínco, una mezcla de ardor y angustia. Los brazos de Alejandro se ciñeron en la espalda, atrayéndolo hacia él para que descansara sobre su cuerpo y lo cubriera por completo.

—Encontraremos la solución. Hablaremos con tus abogados.

—No, amor, esto no se soluciona por medios civilizados.

—¿Y qué piensas hacer?

—Este sábado es el cumpleaños de Vladimir.

—Iván—Alejandro puso los ojos en blanco—, ¿estás loco? Además, ¡no vamos a ir! ¡Sabes que nos invitaron por obligación!

Los ojos de Iván brillaron con malicia. Movió su pelvis vestida sobre la de Alejandro, quien cerró los ojos y se mordió el labio inferior para acallar un gemido.

—Gabriel se cree una pantera... Bueno, veremos qué hará cuando lo pongamos en su jaula.

—No podemos hacer eso.

Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora