La nota del autor

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La nota del autor.

Cuando mi abuelo falleció nos heredó una pequeña y humilde casa cerca de un lago que me traía muchos recuerdos, recuerdos del ayer, recuerdos de aquellos días donde la felicidad estaba presente día tras día y mi inocencia no me permitía comprender el significado de esta palabra a pesar de su manifestación todos los días tanto en mi como en el ambiente en que me encontraba. Desgraciadamente, eran solo recuerdos inútiles.

Mi padre me llevo a la antigua casa que ya era suya y en un futuro  seria mía. La casa era de dos pisos, bastante bonita en su tiempo recién construida, como era de madera, parecía una de las casas antiguas que se ven en las películas basadas en épocas anteriores. Por ser vieja dejaba mucho que desear a los ojos de cualquier espectador, pero contenía historia que no era importante para implementarse en libros, pero lo era para mí, ya que mi abuelo, un veterano de guerra había vivido ahí mucho tiempo, solo, sin nadie que lo acompañara excepto nosotros, pero solo íbamos ahí cada cierto tiempo.

Empecé a investigar y encontré un baúl lleno de revistas para adultos, mi abuelo estaba solo, por lo que comprendía sus inquietudes. Algo extraño había en ese baúl, un libro bastante sobresaliente entre todas esas revistas donde las mujeres se denigraban por voluntad propia, era café y su título estaba borroso, al tenerlo en mis manos note que tenía un candado pequeño que impedía que su apertura, busqué la llave en el mismo baúl después de haberlo vaciado, no encontré nada, por lo que me vi obligado a forcejear la cerradura, intente con martillos, clavos, cuchillos, ganzúas y muchas otras cosas hasta que al fin logre abrirlo.

Comencé a leerlo, trataba sobre un criminólogo y era narrado en primera persona y decía así:

“Tras varios años de investigación, he deducido que el señor Alberto Lozano es culpable totalmente, las pistas encontradas en el cadáver del pintor son bastante exactas, sus huellas digitales están en el arma, el lente de contacto coincide con los el paquete de lentes de contacto desechables que tiene en su cajón, sin duda es culpable, pero no pude convencer al juez, aun así, el pintor merecía lo que le sucedió, podría decirse que el señor Alberto Lozano lo hizo en defensa propia, aunque no muy acorde con el significado de estas palabras según la ley”.

Este era el texto que más se notaba entre todos, tenía paginas arrancadas, las que mas

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2015 ⏰

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