Pequeño Secreto (Short Story yaoi)

Así comenzó todo (parte 1)

¿Quien iría a pensar que me enamoraría de él? ¿Qué de un día para el otro, todo mi mundo cambiaria? 

Desde ese día no soy el mismo y eso lo sé, me eh vuelto más frio, menos amigable y sobre todo eh empezado a alejarme de él.

Sé que se estarán, preguntando ¿quién es él? pues, ahora les contare la parte en que lo conocí y como todo mi mundo cambio.

Hace 1 año.

 Me desperté como siempre, por el ruido de mi alarma el sonar, abrí mis ojos que aun seguían pesados, no quería salir de la cama, pero tenía que hacerlo, ya que hoy era un día muy importante para mí.

Con mis manos, refregué mis ojos y acto seguido di un gran bostezo. Con mis manos aparte la sabana que cubría todo mi cuerpo y me levante de la cama.

Camine hasta el baño y ahi me lave la cara de dormido que aun tenia, después me lave los dientes y cepille mi cabello un poco mi cabello de color negro.

Me quede un rato observándome, a ver si ya no tenía esa cara de dormido, ya que como dije antes, hoy era un gran día para mí. Seguí observándome un poco más, mis ojos color celeste, mi piel, blanca, se podría decir que era como la nieve, mi cabello de color negro con algunos flecos que cubrían mi ojo izquierdo y también parte de mi frente 

Era delgado y bastante alto, o bueno, mejor dicho no tanto, ya que media 1:66. No era ni muy alto, ni tampoco tan bajo.

Salí del baño y fui hasta mi closet, en el cambie lo que traía puesto por mi remera de color negra, unos jean de color gris y mis zapatillas de color negras. Como estábamos en época de invierno, me puse un buzo de color verde oscuro, se podría decir que era negro.

Me puse mi capucha y baje las escaleras, camine hasta llegar a la cocina que ahi es donde me prepare el desayuno que consistía en una taza de café.

Una vez que ya tenía listo mi café, empecé a beberlo. Miestras tomaba mi café, vi como en la cocina aparecía mi madre, aun con su piyama puesto. Me saludo con un simple "hola'' y acto seguido, empezó a preparase su desayuno.

Nosotros dos, no tenemos una conexión de madre a hijo, que digamos nos gustan distintas cosas y además, siempre que hablamos...terminamos en una pelea. Casi siempre era así...pero al momento en que tuve que pedirle que me dejara ir a la escuela de música, ella acepto, sin ninguna objeción. 

En cambio mi padre, es puramente diferente, bueno y amable, aunque casi nunca pasa tiempo conmigo, y tampoco es como si lo necesitara. Pero me gustaría que a veces podamos tener una charla de padre a hijo, o que nos sentemos en la sala a hablar de algo.

Pero, sé que eso no va a pasar...él es el director de una grandiosa escuela y si, era una escuela en la que solo gente adineraba iba. Así que mi padre tenia mucho trabajo, pero cuando no,  intentaba tener un rato de paz y tranquilidad.

Pero, no tenia que sentirme mal por eso, lo entendía, después de un largo día de trabajo duro, lo que uno quiere es descansar.

Seguí tomando mi café, hasta que ya no  quedo nada. Me levante de la silla y en mis manos tenia la taza vacía, camine hasta el lava-manos que estaba en la cocina y lave la pequeña taza. Una vez hecho eso, la seque y la puse a un lado para que se secara por completo.

Camine hasta la sala, en ella se encontraba mi padre, vestido con su traje para ir a trabajar. Él es un hombre de 46 años, pelo de color negro, al igual que él mío, ojos color marrón oscuros, casi negros. Tenía un poco de barba, pero no era mucha.

Él estaba mirando las noticias que pasaban, en eso, vino mi madre y en sus manos tenía dos tazas de café.  Una se la entrego a mi papá y ella, se sentó junto a él.  Mi papá en tres sorbos se había tomado todo su café.