Puedo sentir los cálidos rayos del sol en mi rostro y lentamente abro los ojos con calma y me siento feliz, aunque algo cansado. Agradezco las mañanas así, donde me siento bien en vez de sentir ese vacío en mi pecho y deambular como un zombie que no tiene emociones o más bien que las reprime para no sentirse deprimido.
Me siento como en esos comerciales donde la gente exagera sus reacciones o en esas películas donde el personaje es inhumanamente animado justo al despertarse porque nada más al abrir mis ojos se forma automáticamente una sonrisa en mi rostro. Giro y ahí estás, la razón de mis sonrisas matutinas, la persona que me hace sentir completo y entusiasmado por la vida. Mi amado Kim Seokjin, mi luz en la oscuridad.
Sigues dormido y te ves tan sereno e impasible. Te revuelves un poco en tu sitio y aún sin estar consciente de tus actos te mueves aeroso como si fueras una especie de criatura celestial. En este punto no sé si eres una persona o una obra de arte tallada por los mejores escultores.
Cual obra de arte que eres, no tengo más opción que admirarte. Veo tus ojos cerrados con tus magnificas pestañas oscuras, tu piel lisa y descansada, tus labios carnosos y rosados. Me detengo en tu boca.
Tu boca puede ser el postre más dulce, la tentación más grande e incluso la peor arma si te encuentras enojado. Es donde comienzan y terminan nuestras pasiones y arrebatos de lujuria. Exploradora de áreas remotas en mi cuerpo y la que desencadena reacciones en mi que jamás imaginé que fueran posibles.
A veces siento celos de quien pudo probarlos antes que yo y pena de quienes jamás podrán. Esos labios, aunque parezcan para las personas que no se detienen a apreciarlos unos simples pedazos de carne, son mágicos y podría decir que hasta curativos.
Por un instante cruzo por mi mente la idea de besarte, pero prefiero no despertarte y seguir apreciando cada parte de ti.
Una vez terminé con tu boca dirijo la mirada a tu cuello. Quien es víctima de mis besos y mordidas. Quien alberga a tu nuez de Adán que me recuerda a tu melodiosa voz que me trae paz y tranquilidad.
Veo tu silueta que está cubierta por las sábanas blancas. Aun así se puede apreciar tu figura delgada y esbelta. Aunque hayan telas arropando tu cuerpo puedo imaginarlo sin nada, pues lo he memorizado con mis ojos y mis manos. Conozco cada rincón de tu ser como nadie y eso me enorgullece.
No sé cuanto tiempo habrá pasado pero no se siente como mucho porque contigo las horas pasan como si fueran minutos.
No puedo dejar de agradecer por el hecho de que estés en mi vida. Quiero que seas parte de ella hasta que culmine e incluso si hay un después quiero pasar ese después contigo porque sin ti no soy nadie. Sin ti solo soy un saco de huesos y músculos inservibles sin una motivación.
No sé si existe algún dios o fuerza sobrenatural ni siquiera creo en el destino o la suerte. Pero sé que soy afortunado de tenerte. Y si te tengo por plan del universo o por mera coincidencia eso ya no importa. Lo único que me interesa es que estás conmigo aquí y ahora.
Te empiezas a mover y a hacer sonidos en señal de que te estás despertando. Abres tus ojos que aunque cansados tienen ese brillo característico y sonríes al verme. Puedo ver como mueves los labios para decirme un ronco:-"Buenos días"
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Apreciación
FanfictionUna tontería que se me ocurrió a las 5 de la mañana La foto de la portada obviamente no es mía