Capítulo 44 - Vivir la vida

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Narra Laura:

Salí corriendo hacia el hospital, me puse lo primero que encontré, un vestido que me llegaba hasta las piernas color gris floreado y un par de zapatos taco bajo negros, me peine así nomas, agarre las llaves de mi auto, les deje una nota a mis padres por si se despertaban y no me encontraban durmiendo, tome mi celular y lo puse en mi cartera, abrí la puerta y subí al auto.

En el camino pensaba una y otro vez lo que me dijo el doctor por teléfono. ¿Un inconveniente? ¿Cuál podía ser? Espero que nada grave. Esto me estaba poniendo nerviosa, muy nerviosa.

En cuanto llegue al hospital, estacione en el estacionamiento que tenia y baje corriendo, me dirigí hacia secretaria.

Laura: Hola – agitada de tanto correr.

Secretaria: Hola, buenas noches – mirando la hora – Ya cerro la hora de visita, vuelve mañana, a partir de las 7:00 hs de la mañana podes venir.

Laura: El doctor me llamo y me dijo que venga urgente – respirando entrecortado.

Secretaria: ¿Cómo se llama el doctor?

Laura: Roberto Gómez.

Secretaria: Espere un momento por favor – agarrando el teléfono y marcando, espera unos segundos y alguien atiende, era el doctor – Hola doctor, acá hay una chica que dice que usted la llamo recién para que venga urgente, ¿la hago pasar? – no sé que decía él, pero veía que la secretaria solo decía “Si” – Bueno, yo le digo doctor, adiós – colgando y mirándome – Dijo que podes pasar a verlo, está en el segundo piso primera puerta a la derecha – sonriéndome.

Laura: Gracias – caminando rápido hacia el ascensor, pero decidí por subir las escaleras, era más rápido, no podía esperar más. En eso, llegue a donde me había indicado la secretaria y me pare delante de la primera puerta a la derecha, golpee dos veces, alguien abre, era el doctor.

Doctor: Pasa – haciéndose a un lado, pase y me indico que me siente, así lo hice y él se sentó en su silla enfrente mío – Bien, te llame a esta hora para hablar sobre el paciente Ross Lynch. ¿Vos sos la novia?

Laura: Si – sentía que me faltaba el aire, quería saber lo que estaba pasando, todo me daba vueltas - ¿Cuál es inconveniente?

Doctor: Bueno, míralo por tu cuenta – levantándose de su asiento, invitándome a que también haga lo mismo, entonces me pare y salimos del consultorio – Te llevare a donde está él ahora.

Laura: ¿Dónde está ahora? – repitiendo lo último que dijo como pregunta - ¿Lo trasladaron a otra habitación?

Doctor: Si.

Laura: ¿Por qué?

Doctor: Ahora vera porque – parándose y abriendo una puerta, el cartel decía “Habitaciones individuales”, no entendía porque estaba acá – Pase – haciéndome saltar del susto, es que me quede en mis pensamientos – Perdón – disculpándose.

Laura: No, todo bien – pasamos y caminamos por un largo pasillo, algunas enfermeras iban y venían, otras salían de las habitación o entraban en ellas.

Doctor: Acá es – mire el número, era la habitación 102 – Yo tengo que seguir trabajando, te dejo – yéndose por dónde venimos.

Abrí la puerta despacio, no sabía lo que me encontraría. Camine hasta ver la camilla, vi a un rubio durmiendo, pero con menos cables. ¡Espera! No me dijo cual era el inconveniente. Me senté en la silla y le agarre con cuidado la mano a Ross. Se veía que le había vuelto un poco el color.

Laura: Ross, sé que me escuchas, soy Laura, tu novia – acariciándole la mano – Te extraño, quiero que despiertes – sonriéndole – Te amo amor – parándome y depositándole un beso en la frente – No sé porque el doctor me llamo que viniera urgente, tal vez para decirme que te pasaron acá – sentándome de nuevo y apoyando mi cabeza en su brazo, boca abajo, mirando al piso.

Un amor de famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora