Capítulo 7

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Sarada agarraba a Boruto fuertemente en la motocicleta para no caerse antes de llegar a su destino.

Antes de lo esperado, Sarada sintió que Boruto empezaba a bajar de velocidad, lo cual significaba que habían legado a casa. La puerta metálica sonó indicándole que era cierto y estaban en casa.

Boruto se limitó a aparcar y dejar la moto bien colocada para después pegar un salto y arrancarse el casco de un solo golpe. Sarada iba a hacer lo mismo pero unas callosas manos le detuvieron. Boruto ya le había quitado el casco en el acto.

-Un poco de cuidado. -Iba a quejarse más, pero la calidez de unos labios sobre los suyos le interrumpió.

Sarada aún seguía subida a la motocicleta, ahora quieta y fuera del peligro de caerse. Antes de seguir sentada ahí prefirió levantarse, pero Boruto tenía otros planes. Antes de que pudiera darse cuenta, Boruto le agarró de los glúteos elevándola y obligándole a agarrarse de su cadera. Una mano se introdujo por debajo de la ropa de la pelinegra, provocándole un escalofrío por la temperatura de esta.

-Te quiero.- Boruto le susurró mientras separaba sus labios. Su mirada era fuego y deseo puro, a su vez demandaban y esperaban una respuesta de parte de la pelinegra. No iba a hacerle nada que ella no quisiese, eso era un principio básico que ambos sabían. Si debían detenerse en ese instante lo harían.

-Si no es contigo, no sé con quién más quieres que esto suceda. - Boruto no esperó otra respuesta más elaborada , se llevó a Sarada a la habitación sin dejarla en el suelo en ningún momento, solo caminaba él con ella agarrada a su cintura.

Sin decir nada, ellos ya sabían lo que iba a suceder, sus cuerpos se unirían por primera vez y eso era un pensamiento que los llenaba de ternura y a la vez, en un frenesí constate que ninguno de los dos deseaba detener.

Una vez Boruto llegó a la habitación, depositó a Sarada suavemente encima de las cálidas sabanas de su habitación. Abandonando cualquier toque con su cuerpo para quitarse la camisa.

Fue un movimiento rápido que no pasó desapercibido por la pelinegra es más, para ella, había pasado a cámara lenta. Logrando ver todas las contracciones de sus muy agraciados músculos. Sarada no esperó a que Boruto volviera para quitarse también su nueva camisa y dejarla en algún lateral de la habitación.

Boruto volvió a deslizarse, pero esta vez sobre ella. Sarada por su propia cuenta rodeo el cuello de Boruto casi demandando que se acercara más a ella. El rubio tenía posadas las manos en su cintura, y deslizaba sus dedos por todo su abdomen dejando nuevas sensaciones sobre la piel de la pelinegra. A su vez la pelinegra empezó a rozar sus suaves manos contra el duro abdomen del chico.

Sus bocas no descansaban en casi ningún momento, se movían tranquilamente sin ninguna prisa disfrutando de las caricias del otro. Sin ninguna mención El sostén que llevaba la ojinegra se había soltado por las manos el rubio. y una nueva sensación recorrió a Sarada, La mano del rubio se deslizo rozando uno de ellos. Provocando una reacción un tanto inesperada en ella. Se avergonzó al instante.

-No te avergüences ahora. -le susurro mientras lamia el lóbulo de su oreja.-Apenas empezamos.

Sus ambas manos inexpertas recorrían sus cuerpos saciando su curiosidad, Sarada de alguna manera logró desabrocharle el pantalón a Boruto provocando que este cayera solo y con ayuda del ojiazul acabaran su destino hasta la alfombra de la habitación.

Boruto también pudo deshacerse del pantalón de ella provocando que al mínimo movimiento sus sexos se rozaran provocando gemidos de sorpresa y desconcierto de la muchacha.

Boruto empezó a descender lentamente por la mandíbula de Sarada dejando besos húmedos y entregándole miradas tiernas que mandaban confianza a la pelinegra e intentaban tranquilizarla. Descendió hasta su abdomen, sin dejar de darle atención con una de sus manos a uno de sus pechos.

Comprometidos(BORUSARA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora