El día había sido largo y duro.
Las luces de la ciudad comenzaban a parpadear bajo las altas oficinas del CNI.
Por fin habían terminado el operativo del CNI para con la mafia y aunque hubo heridos y balas volando en todas direcciones, habían logrado salir vivos.
Todo quedó en un empate táctico. No hubo vencedores ni vencidos, y eso mantenía a Horacio en un estado de tensión constante.Pogo había mostrado todas sus cartas en la última reunión que tuvieron con la mafia horas atrás.
Pogo se había hecho con el control de su hermano y no estaba dispuesto a soltar a Gustabo hasta que no viera la cabeza de Conway clavada sobre una pica en lo alto del cartel de Vinewood.
Horacio no quería eso, ni tampoco quería que Gustabo sufriera algún daño. Al fin y al cabo eran hermanos.
Habían pasado toda su vida juntos y no podía terminar así. No podía ni soportaría un final en el que uno de los dos muriera a manos del otro. Pero Pogo estaba ahí y no tenía intención de recular ni liberar a Gustabo. Pogo iba a hacer daño, iba a matar a todo y todos lo que se interpusieran en su camino para lograr llegar a su fin. Incluso si se mataba a el mismo en el proceso.
Michelle, Freddy, Conway, Volkov... todos tenían una diana dibujada en sus cabezas, al igual que Pogo tenía la suya propia.Y Horacio no quería eso.
El quería recuperar a Gustabo y que todos terminasen bien. Encerrar a la mafia de una vez por todas y continuar todos con sus vidas. Pero ya se hizo patente que ese plan de fantasía no podría llevarse a cabo a estas alturas del viaje. Ya no. Y en aquella encrucijada de la vida se hallaba Horacio, una vez más, en el ojo de huracán.
El de la cresta levantó la mirada hacia la ventana, esperando ver los últimos rayos de luz esconderse por el horizonte cuando vio su reflejo en el cristal frente a el.
Miró su reflejo, reflexivo.- Yo solo quería ser Horacio...
Susurró para si mismo, bajando la mirada y evitando su propia imagen reflejada. Exhaló derrotado.
Ya no se sentía el mismo. Se sentía una versión distorsionada de el, fuera de si, fuera de los moldes y esquemas que un día formaron a Horacio Pérez.
El Horacio de los días felices. El Horacio risueño y jovial que se emocionaba por ir a trabajar y a pillar a los malos. El Horacio que no tenía miedo a las consecuencias.
Ahora ya no quedaba nada.Se giró al sentir una presencia tras de si y se sobresaltó al ver la figura de un chico alto enmascarado apoyado en el marco de la puerta.
No sabía cuanto tiempo había estado observándole, pero ya le daba igual todo.
- Si no le importa voy a quedarme yo también a descansar en las oficinas del CNI.- 10-4...
- ¿Ha elegido ya sofá?
- Ah, no... elija el que quiera...
Horacio le hizo un gesto con la mano para que eligiera el sofá que quisiera de la sala de espera.
El de acento ruso escogió el sofá de cuero negro que se extendía por el lateral derecho del cuarto. Se quitó la máscara y gafas, dejándolas en la mesita de al lado, y se sentó soltando un largo y pausado suspiro de alivio.
Horacio volvió a mirar por la ventana, regresando nuevamente a su bucle interno de autodestrucción que giraba y giraba sin parar.
- No es bueno que pase tanto tiempo perdido en sus pensamientos, Horacio.- Perdone Volkov, es que esta situación... me supera.
- No se disculpe. Usted se encuentra en una tesitura muy complicada y difícil.
- Es que... no quiero que todo esto termine como creo que va a terminar. Tengo malos presentimientos y ya no se que más hacer. Ya no se.
- Horacio, tranquilo, todo va a salir bien.
- ¡¿Pero y si no sale bien?! ¡¿Y si muere alguien más?! ¡No quiero que muera nadie más, Volkov! ¡Ni Gustabo, ni el súper... ni usted!
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𝙱𝚎𝚏𝚘𝚛𝚎 𝚝𝚑𝚎 𝚊𝚙𝚘𝚌𝚊𝚕𝚢𝚙𝚜𝚎 || oneshot [Volkacio]
FanfictionHoracio ha decidido pasar la noche en las oficinas del CNI porque teme volver a su hogar. Está derrotado. Consumido. Agobiado. Lo que no sabe es que su ángel se ha quedado a velar por el y evitar que se consuma a sí mismo. --- AU basado en el final...