5.Despedida

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Porque me desobedeciste Albafica!
Pusiste en riesgo a Shion y a los demás no te basta con lo que hiciste ayer?- el santo te piscis se recriminaba ante la reveldia del pequeño Alba sentia que era su culpa el que actuara de esa forma

Papá no... Por favor no es...-

No! Ya basta!,desde que conociste a Shion has actuado así,no se lo que te pasa,recuerda bien que no tienes permitido nada de eso,es hora de que empieces a recordar tu lugar y tu lugar es ser mi discípulo,he sido indulgente contigo pero solo te he malcriado,eso se acabó!-

El pequeño nunca habia recibido algún regaño de esa magnitud-
Lo siento... - alcanzó a decir y salió rumbo al jardín

Albafica! No he terminado de hablar! Vuelve aquí!-

Pero parecía no hacerle caso,no hizo más,lo dejo ir,era lo mejor,debía calmarse,mientras tanto Alba se sentó en el escaso pasto que crecía bajo la sombra de un rosal,lloró amargamente,se preguntaba porque había nacido,si sería feliz con alguien alguna vez,si podría siquiera,lloró hasta quedarse profundamente dormido,en sus sueños el era normal, podía ir con los demás sin ningún miedo,en sus sueños...

Ya empezaba a oscurecer y al ver que el peliceleste no regresaba Lugonis fue hasta el jardín,lo encontró dormido,con sumo cuidado lo cargo para llevarlo a su habitación,más tarde hablarían de ello nuevamente quisa con más calma quisa sin hacerse tanto daño,pero el solo deseaba el bien de su discípulo,aunque eso fuera mantenerlo en soledad.

Al otro día

Ambos se encontraban desayunando, Alba apenas si tocaba su comida

Albafica debes comer al medio día haremos el ritual-como era costumbre cada día ellos hacían el ritual de lazos de sangre en donde el mayor le tranferia su sangre,por supuesto el menor resistía pero le costaba ya que le aquejaba intensas fiebres y debía estar en cama soportando aquel veneno que corría por sus vasos sanguíneos,pero algo que ha ia sucedió era que desde que Shion había llegado se negaba a hacer el ritual con la excusa de que se sentía algo cansado y no soportaria.

Si...-Su semblante no se veía muy bien,incluso Lugonis pensó en posponer el ritual hasta que se pusiera mejor,pero decreto que no, que era mejor no se prolongará más lo inevitable,algún día Albafica comprendería el porqué de todo aquello,aunque ahora lo odiara.

Ya era medio día hora en que debían llevarlo a cabo

Es hora...-

Si-

Albafica-lo tomó por lo hombros- recuerda que esto es necesario para proteger a este mundo,a nuestra diosa...- el peliceleste solo sonrío y asistio

Ambos caminaron en dirección al jardín,Lugonis hizo un corte en su dedo la sangre comenzó a emanar,esa sangre carmesí tan bella a la vista como aquellas rosas,esa sangre dadora de vida,que le permitía existir con cada respiración,esa sangre maldita y mortífera,Alba también así lo hizo y en medio de aquel jardín comenzó lo que le cambiaba su destino más y más,lo que lo alejaba de lo que más anhelaba y lo confinaba a la oscura soledad,unieron las yemas de sus dedos y tras transcurrir algún tiempo hubo un momento en donde el dolor era inevitable para el menor.

Maestro,yo...le quiero pedir perdón por aquella palabras,le prometo que jamás volveré a decirlas-Alba no pudo continuar hablando cayó de rodillas apretando fuertemente la quijada,se llevó las manos al pecho pues sentía una fuerte opresión,comenzaba a sentir como el veneno recorría todo su cuerpo,mientras en un grito ahogado sus bellos ojos azules sentellaron y se desmayó.

MI DULCE VENENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora