Fear Games » Harry Styles

Capítulo 20.

Narra Estela.

Awweeee ¡Feliz aniversario número 20! Ya estamos tiki taka :'), es lo más alto que he llegado con una novela.

Disfruten del capítulo, boias :* (Ese es su nuevo nombre “boias”).

PD: SPOTIFY ME DIO 7 DIAS DE PREMIUM GRATIS. ESTOY TAN DJDKDDKDKJ.

Narra Harry.

Mi respiración se estaba volviendo irregular, descubrir que todo tu entorno era una completa mentira, te hacía dudar de todo, pero, ¿Es Chris el que está mintiendo o todo lo que dice es verdad?. Supongo que tendré que creerle, ya que me fío más de él que de la insoportable Rebecca.

Tenía que matarla lo más pronto posible, antes de que ella y mi padre acaben conmigo.

También me encargaré de él, pero lo dejaré para el final.

Estaba fuera del lugar en donde Chris me llevo. Me estaba dirigiendo a la puerta.

¡Gracias Niall por mencionarme esa puerta!.

Preparé mi puño para lo siguiente y le pegué un golpe a la puerta. Pero solté un grito al instante, ya que parecía de acero y se me hacía imposible derribarla.

—¡Maldita sea! —gruñí mientras acariciaba mi mano.

—No se maldice en la casa de Dios, hijo — dice una voz por detrás, giro sobre mis talones y me encuentro a una máscara con detalles dorados, cruzada de brazos. Pero detrás de esa pieza macraba podía sentir su sonrisa burlona, claro, como siempre burlándose de mi.

—¿Y se supone que esta es la casa de Dios?, ¿Me estás tomando el pelo? — río, pero él se queda cómo llegó, parado cruzado de brazos y con esa sonrisa de autoeficiencia que siempre trae.

—Ya ves, yo soy Dios — ensancha su sonrisa, mientras yo río sonoramente, pensando que era un chiste —Cierra los ojos, esto va a doler — dice para luego darme un puñetazo en media cara.

—¡Maldita sea!, ¿Por que rayos me golpeas? — doy un grito.

—Es mi trabajo — se encoje de hombros —Si quiero golpearte, te golpeo. Si quiero llevarte a un juego, te llevo. Y me has dado la idea perfecta — sonríe.

—Oye, ¿Vas a...? — no puedo seguir con mi pregunta, pues me golpea nuevamente, pero ahora, dejándome inconciente.

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—Harry, ¡Despierta de una vez, brócoli! — dice la voz de mi padre exteriormente. Yo abro los ojos perezosamente y me doy cuenta de que estoy colgado de manos y pies —¿Recuerdas que cuando niño te gustaban las piñatas? —.

—¡No!, ¡Las odio! — grité.

—Recuerdo que cuando niño... Querías ser una — dice mientras de algún lugar desconocido, llega un niño con ojos vendados —¿Quieres que cumpla tu deseo, Harry? —.