Capítulo 7: venganza

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POV SAMUEL

Cuando Carla cortó conmigo sin motivo aparente, sentí que el mundo se me caía a pedazos, me dolió tanto que hasta cada respiro me hacía sentir como si me clavase mil cuchillos en el pecho. Sin embargo, como la conozco tan bien, aunque con su boca me gritase cosas hirientes, sus ojos me decían todo lo contrario. Cada día que pasa, su brillo se apaga un poco más, ya no sonríe, ni pone atención en clase, físicamente está, pero realmente no.

Al final de la jornada, luego del encuentro que tuvimos en la oficina de Azucena y del que salió prácticamente huyendo de mí, Lucrecia se acercó y me expresó la misma preocupación por Carla y me pidió que nos reuniésemos esta tarde, ella iría a mi casa para enseñarme algo que le había entregado mi chica en confidencia, pero que quizá nos ayudaría a descubrir lo que la estaba atormentando y alejando de nosotros.

-Coño, que tiene que ser el cabrón de su padre –expresa Lu– ese hijo de puta adora hacerle la vida miserable a Carla.

-Vale, pero sabemos ambos que no es la única amenaza de Carla –suspiré y le di una calada a mi cigarro– Polo está suelto y está el gilipollas del gorritas.

-Ash, ese otro estúpido, además, ¿la has visto? Parece como drogada –frunzo el ceño ante lo que dice Lu y antes de reclamarle, me interrumpe– llevo 17 fuckings años de mi vida lidiando con Valerio que es un adicto a las drogas, tengo post-doctorado en identificar a los que utilizan alucinógenos.

-Carla nunca se metería esas mierdas –la defiendo– lo máximo que bebía en fiestas era champagne del extra caro, no le gusta nada más.

-¿Crees que no lo sé? –Refutó una molesta Lucrecia– y por lo mismo te puedo asegurar que las anda consumiendo, lo sé por Guzmán, pero sobre todo por Valerio.

-¿Alguien llamaba al rey? –Valerio se acerca a nosotros con su característico sentido del humor– qué semana más extraña ha sido esta  –dice mientras pasa su brazo por encima de los hombros de Lu.

-¿A qué te refieres? –Pregunta la castaña.

-Visitas inesperadas y peleas sorpresivas –responde, pero Lucrecia y yo volteamos a vernos sin comprender el significado de sus palabras.

-¿Cuáles visitas? –Le interrogo.

-Polo, que estuvo aquí ayer en la mañana –comenta con normalidad y Lucrecia y yo comenzamos a atacarle con preguntas.

-¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Azucena lo sabe? –decimos al unísono.

-Entró por la parte trasera del colegio y estuvo hablando con Carla unos minutos después de que terminó de conversar con este bombón –dijo halagando a su novia-hermana.

-¿Le ha hecho algo?

-Yo estaba fumando mi cigarro y solo pude ver que en un momento la tomó fuerte del brazo, aunque cuando iba a salir de mi escondite para ayudarla, la soltó y salió escabulléndose como rata.

-Como la maldita rata cobarde que es –escupí con odio, mientras apretaba los puños con más fuerza de lo normal.

-Voy a casa a cambiarme de ropa y los veo en una hora –asentimos y Lucrecia se va corriendo hacia su coche.

-¿Qué más esperamos? –Pregunta Valerio interrumpiendo mis pensamientos.

-Nada, vamos –le digo y me guiña el ojo, para luego indicarme que lo siga hasta su auto.

A la hora exactamente llega Lu, vestida como para un evento de modas.

-Wow –decimos Valerio y yo al tiempo.

Contigo, hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora