Cuarta falta: Faltar a su aniversario.
JiMin tenía planeado una cena sorpresa para YoonGi, cumplían cinco años de matrimonio y tenían que celebrarlo, cuando terminó todo, le llegó un mensaje de YoonGi diciendo que llegaría pronto.
Le dió tiempo para arreglarse mejor que nunca. Se lavo su cabello y su cuerpo de forma detallada. Salió del baño y escogido su ropa, unos jean negros ajustados, una suéter color rosa, tomo su rizadora de cabellos y dejo rulos hermosos en este, antes que nada, puso sus zapatos negro. Se maquillo alargando sus pestañas, usando rímel negro, y un brillo labial de cereza, dejando ver sus gruesos labios más apetitosos.
Acomodo la cena, puso un mantel blanco, con dos velas en el centro rojas, coloco los platos, los cubiertos, dos copas y un buen vino. Hasta que dieron las ocho, sirvió su deliciosa comida. Cuando estuvo seguro de que YoonGi estaba a punto de llegar, encendió las velas con cuidado. Se sentó en el pequeño sofá de su pequeño departamento y se puso a esperar.
Pasaron veinte minutos, pasaron treinta, convirtiéndose en una hora, luego en dos y finalmente se levantó del sillón con el corazón roto a eso de las once y cincuenta minutos. Dejo todo como estaba y le mando un mensaje a YoonGi, "Feliz aniversario". Con eso se metió a la ducha y se baño rápido, no quería llorar de nuevo, pero su corazón mandaba en su cuerpo. Dejo que las lágrimas surgieran por sus preciosos ojos. Salió de la ducha y se vistió con su pijama, se metió entre las sábanas queriendo se dormir, pero simplemente no podía, estaba muy decepcionado de YoonGi. Su almohada fue testigo de las lágrimas que derramó toda la noche.
Por qué YoonGi no había llegado a casa ese día.
JiMin se levantó con pereza. Su estomago empezó a rugir por alimento. No había cenado y esas eran las consecuencias. Sintió su estómago contraerse, se paro de su cama y fue hasta la cocina, preparo algo sencillo y se puso a comer. Cuando dieron las ocho de la mañana, la puerta de la entrada fue abierta y cerrada.
YoonGi al pasar por el pequeño comedor, vio lo que iba a ser su cena de aniversario, estaba de mas decir que se sintió más que terrible, y que tal vez JiMin nunca se lo perdonaría, pero con lo que le daría, pensaba en amortiguar el enojo.
—¿JiMin?— pregunto en cuanto estuvo en la cocina.
El rubio no se molestó en subir la mirada, le había fallado, de nuevo.
—Mi amor, yo-
—No lo digas. No digas que lo sientes.
—Bebé, mi amor, por favor.
—¿Qué te hizo no llegar anoche? Nunca lo habías hecho, al menos llegabas tarde, pero llegabas.
—JiMinnie, lo hizo porque tenía una gran sorpresa para ti.
—YoonGi, solo te necesito a ti para estar completo, lo demás sobra, y lo sabes bien.— JiMin bajo la cabeza rendido. —Estoy cansado, me iré a dormir otra vez.
—No, mi vida. Ven aquí.— tomo a JiMin del brazo y lo envolvió en un abrazo, aunque el menor se resistió, el mayor no lo dejo irse en ningún momento. —Se que no hice bien en no volver, pero enserio tenía esto preparado para ti, desde hace unos días. He querido sorprenderte con lo que quiero darte. Por favor, JiMinnie, quiero darte siempre lo mejor, siempre, no me gustaría que algún día te falte algo, no me lo perdonaría, nunca.
JiMin se dejó llevar por las palabras del pálido, cierto estaba más que lastimado por sus acciones, pero seguía amando a ese ser humano. Se dejó llevar a dónde YoonGi tenía planeado, donde quería sorprenderlo.
Con una cinta, le tapo la vista, conduciéndolo en dónde solo YoonGi sabía. Poco tiempo paso, y llegaron, con cuidado, bajo a JiMin de su auto, y le saco la cinta con lentitud.
El rostro de JiMin fue todo un poema.
—¿Qué es esto, YoonGi?
—Bebé, es nuestro nuevo hogar.
Una gran casa de dos pisos, de color blanco y gris, dejando ver un jardín hermoso con algunas lindas flores, tenía varias ventanas y se veía muy fresca.
—¿Qué pasara con nuestro departamento?
—Tranquilo, pequeño, ya hable con el dueño.
—¿Y todos nuestros recuerdos ahí?
—Podemos hacer mejores aquí.
Su mudanza fue llevada a cabo dentro de dos días, desechando los muebles que YoonGi consideraba como basura, reemplazándolos con nuevos y modernos.
JiMin se sentía incómodo en aquella gran casa como el pálido llamaba como su hogar. Por alguna extraña razón, el mayor no había ido a trabajar por esos días. Se quedaba a ver cómo se acomodaban las cosas o mandaba comprar cosas nuevas. Cuando terminó, JiMin estaba acostado en la gran cama, siendo cubierto con las sábanas, se percato que YoonGi estaba con el a su lado, acomodándose para descansar con el.
—Extrañare nuestro pequeño departamento.
—Tranquilo, bebé, aquí está mucho mejor, es más grande, y se ajusta a nuestras comodidades.
JiMin ignoro ese comentario del mayor y se dió la vuelta para enterrar su cabecita en el pecho de pareja, lo había extrañado demasiado y estar así con el, lo reconfortaba.
YoonGi comenzó a acariciar su espalda, con suaves cariñitos cargados de amor. El mayor se atrevió a meter sus ásperas manos por debajo de la camisa de pijama de JiMin, extrañando la calidez de su piel. El menor se estremeció, y se junto más a YoonGi. Unieron sus labios un tanto desesperados, se habían extrañado tanto. Cambiaron de posiciones con YoonGi encima de JiMin y este empuñando la camisa del pálido. YoonGi se encargo de profanar el cuerpo de JiMin una y otra vez, haciendo que terminen muy cansados y quedándose dormimos en cuestión de segundos.
Jeks
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··🇵🇪🇷🇩🇪🇷🇹🇪·· ✔⁽ᵞᴹ⁾
FanfictionLa avaricia por el dinero y el reconocimiento en algún puesto, ciega a las personas. JiMin es testigo de eso. El chico es testigo al ver como su esposo se enfoca más en resaltar en su trabajo, que en notar como se van distanciando paulatinamente...