—A ver, Kiera, siéntate —me pidió Gunnar tratando de tomárselo con calma y paciencia. Yo le hice caso y me senté sobre una de las camillas—. Es una larga historia así que...
—¿Te enteraste de que reventaron un nodo de la mafia que hay instalada en esta ciudad? —interrumpió Rome de repente. Yo asentí con la cabeza preparándome para fingir sorpresa— Pues fuimos nosotros. Ya está, hyung, no era tan difícil.
A Gunnar le entró un tic en el ojo mientras yo balbuceaba cosas sin sentido. Me giré hacia Lucas en busca de una mejor explicación. Ya que estaba quería más información acerca de ellos.
—No somos tatuadores... solo —dijo el chico pelirrojo, que llevaba la cara con un pómulo amoratado y varias heridas que habían dejado de sangrar hacía poco—. Y no estamos metidos en esto por diversión —miró a los demás chicos como si no estuviera muy seguro de qué cosas contarme.
Jinho, que no había apartado los ojos de mí en todo el rato, habló con seguridad.
—¿Recuerdas el otro día yendo a tu casa? Dijiste que no entendías por qué perseguían a los mutados, que te parecía injusto —volví a asentir con la cabeza, dándole la razón. Me mantenía callada atenta a todo lo que pudieran decir que yo ya no supiera—. A nosotros también nos lo parece porque... nos vemos más directamente afectados por ello —todos los demás le lanzaron una mirada de aviso, no se fiaban de qué pudiera hacer o decir yo—. Queremos las obras de la galería que han abierto en el edificio Eros para conseguir dinero y desaparecer de este mundo de locos.
—Si conseguís el suficiente poder económico revendiendo esas obras podréis ser más inmunes a las autoridades y las mafias —murmuré al entender por fin completamente su plan. Jinho asintió despacio con la cabeza. Los demás seguían tensos, incluso Taeja había dejado de desinfectar los cortes de JoJo, así que decidí mostrarles que estaba de su parte—. Yo no sé gran cosa de ese mundillo —mentí—, pero si necesitáis mi ayuda para encubriros o algo, podéis contar conmigo.
Jinho me dedicó una media sonrisa que denotaba casi hasta orgullo y levantó un poco la cabeza.
Habría sido una oportunidad perfecta para contarles que yo también era una mutada pero eso significaría tener que descubrir una parte de mi vida muy peligrosa y ni de broma podían enterarse de que yo trabajaba para una mafia. Era mejor seguir siendo su amiga la normalita.
Además, por lo que había visto en la operación entre ellos había un mutado banshee, uno bomba y un fantasma. Ninguno era de los considerados peligrosos. Yo sí lo era.
Tampoco sabía si todos eran mutados o no, y no me pareció el momento de preguntar pues estaban bastante ocupados intentando curarse unos a otros.
Me acerqué a donde estaba Taeja con JoJo y pude sentir todos los ojos puestos sobre mí. Vi que junto a él había una aguja e hilo. Me había pasado un poco con alguno de los cortes del chico y tocaba coserle.
—No quieres que tus padres se enteren de nada de esto, ¿no? —le pregunté a Taeja, quien me miraba sorprendido, pero me dio la razón— Entonces déjame a mí hacerlo a mí —le pedí indicándole que se moviera a un lado y me dejara el sitio. Al ver que dudaba añadí— Oye, a pesar de lo que pueda parecer, yo también tengo estudios.
Y no era mentira. Cuando corres el riesgo de salir mutilado o muerto de una misión, a veces decides informarte de cómo tratar esas cosas. Así que, sí, al final fui yo quien cosió al pobre JoJo. Fue una manera de "pedirle disculpas" por lo que le había hecho.
Los demás tardaron un poco en reaccionar y seguir a lo suyo. Gunnar estaba con Kale, que principalmente parecía agotado por haber provocado la explosión. Arthur intentó limpiar las heridas del rostro de Lucas mientras este se quejaba en exceso, haciendo un poco el tonto. Jinho ignoraba sus propias magulladuras, atendiendo con ayuda de Rome a Elya. El chico sangraba por el abdomen; la herida que le había hecho el hombre con el cuchillo en el bar el otro día se había abierto por culpa de la pelea. No era tan grave como lo de JoJo pero sí muy aparatoso.
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Tinta Negra [TN#1]
Science FictionSoy Ciara Byrne y si estáis leyendo esto es que al final he conseguido que no me maten. Mirad, chicos, el mundo está repleto de mutados -o gente con habilidades especiales, para que me entendáis-, y eso a las grandes potencias no les hace demasiada...