No soy como los demás y tal vez no soy lo que todos esperan. No soy feliz como querría serlo, aunque se me da muy bien simularlo. No soy esa chica alegre que ríe por todo aunque sepa simularlo. Estoy vacía por dentro. Vacía de alegría, vacía de felicidad, vacía de sentimientos y vacía de tranquilidad.
Cada día es una nueva batalla que librar. Es un nuevo intento de no caer. Es un intento mas para evitar esos problemas inevitables que forman parte de mi vida. Esos que me desgarran el interior.
¿Que porque finjo ser feliz?
No tengo una respuesta concreta y concisa para esa pregunta. Lo único que soy capaz de decir es que ¿que pierdo intentándolo? No quiero ver a gente sufrir a causa de mi sufrimiento, ni quiero ver a gente creyendo que sus palabras pueden aliviar mi dolor.
Simulando ser feliz es posible que un día se transforme en realidad.Pero tal vez para otra persona. Tal vez otra persona lea estas palabras y sea capaz de escapar de esa lado oscuro que la atormenta, pero yo decidí caer sobre él sin poner ningún tipo de resistencia.
Hoy, estoy frente al espejo de mi baño. Bajo la vista a mis brazos y veo los pequeños cortes que hay sobre ellos. Empecé a cortarme por la necesidad de aliviar el daño mental sustituyéndolo por daño físico. Al principio me funcionaba, me sentía algo mejor, pero con el tiempo ha dejado de aliviarme, ha dejado de dolerme y simplemente se han mezclado ambos dolores.
Tengo una cuchilla afilada en mi mano derecha, pero esta vez es distinto, no quiero cortes horizontales.
Aun con la mano un poco temblorosa acerco la cuchilla a mi muñeca.
Paso el filo por la carne ya marcada y deslizo hacia arriba haciendo presión con suma lentitud. Veo la sangre brotar poco a poco de mi brazo. El dolor se filtra por mi cuerpo y me estremezco pero eso no evita que continúe. Hago un poco mas de presión y siento un dolor desgarrador, mientras reprimo los gemidos ahogados que salen de mi garganta.Mi respiración se acelera cuando la cuchilla cae de mi mano y observo como la sangre mancha el suelo con gotas tan seguidas que parecen un pequeño chorro.
Caigo al suelo y apoyo mi espalda contra la bañera relajándome para lo que se que está por venir."¡Sophie!" Escucho a mi madre como me llama y aprieto los ojos con fuerza.
No he pensado en como va a sentirse ella cuando me vea sin vida y rodeada de sangre pero eso no es algo que ahora mismo me importe en exceso.
Sigo escuchando la voz de mi madre llamarme pero sigo sin contestar. Los minutos pasan y escucho como aporrea la puerta del baño. "Aún no" susurro para mi pidiendo que no sea capaz de entrar aún. Siento el cuerpo cada vez más débil y en el suelo cada vez hay mas sangre.
Cierro los ojos pensando en que todo a terminado, todo va a acabar. Papá nunca va a tocarme de nuevo. No volveré a notar su aliento sobre mi. No volveré a escuchar su voz susurrando en mi oído. "Nadie te querrá cuando sepan lo sucia que estás." "Nadie querrá formar parte de tu vida cuando sepan esto." Mamá se enterará por la nota que deje sobre mi cama y perderá a su hija y a su marido. Tal vez eso la permitirá ser feliz de verdad. Cuando me quiero dar cuenta he dejado de escuchar su voz y ya no soy capaz de abrir los ojos.
Por fin, todo ha terminado.