El amor no siempre es lindo y duradero, no todas las personas son buenas. ¿Me creerías si te hablo de un chico extremadamente dulce?
Todo comenzó un día de escuela, último año. Había comenzado la temporada de invierno, las bajas temperaturas no se hicieron esperar, obligando a todos a abrigarse.
Así apareció Seoho, vistiendo un abrigo un poco más grande de lo que debería, haciéndolo ver más pequeño, un gorro de lana y unos guantes. Su nariz y sus mejillas estaban rojas a causa del frío.
-Hola Geonhak- saludó al igual que todos los días mientras se sentaba junto a mi-.
-Seoho.
¿Cobarde? Sí, creo que esa es la palabra para definirme. Conocí a Seoho casi un año atrás cuando llegó como nuevo estudiante, siempre parecía demasiado tierno; con una hermosa y radiante sonrisa, unas suaves mejillas y un brillo en sus ojos, que sólo él podía poseer.
Mi corazón latía fervientemente cuando estaba junto a él y siempre terminaba buscando una excusa para alejarme, porque me gusta desde la primera vez que lo vi cruzar esa puerta, pero no era lo suficientemente valiente para contarlo. Así que sí, cobarde es la palabra perfecta.
Las clases habían terminado, Seoho salió junto a mi al igual que otras veces como si no le importara que pareciera ignorarlo, aunque lo único que quería hacer era abrazarlo y no soltarlo.
-Está haciendo más frío ¿no crees?-preguntó con una suave sonrisa-.
-Uhm, no me importa en realidad.
-¿Acaso es tan frío como tu corazón?- lo mire con una ceha levantada, ¿qué estaba queriendo decir?- oh, n~no te lo tomes a mal, yo n~no quería ser grosero... Fue un mal chiste- rió nervioso- lo siento...
-No importa.
Su nariz parecía aún más roja, tendría un resfriado si continuaba así.
Quité la bufanda que traía y con cuidado se la puse cubriendo su boca y nariz, dejando a la vista solo sus ojitos confundidos.
Podría morir de ternura en este mismo momento.
-¿Q~Qué haces?
-Tendrás un resfrío si no la usas.
-Pero, es tuya, yo no puedo usarla. También tú puedes enfermarte.
-No te la quites, está bien. Puedes devolverla mañana.
Sus ojitos brillosos que yo tanto admiraba me miraban con sorpresa, en cualquier momento mi corazón saldría de mi pecho al ver tanta ternura, ¿cómo podía ser posible?
-¿Sabes? Deberías usar un cartel de peligro, eres demasiado tierno para este mundo.
Dejando a un sorprendido y confundido Seoho, me fui rápidamente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.