Inquebrantable

Capitulo 8

Joaquin despertó después de un día entero de estar en cama durmiendo, nadie le hizo ruido ni se acerco excepto por Agneta que ocasionalmente le daba vueltas y le llevo algo de agua en un vaso, pero este no la bebió pues no había despertado

Cuando él abrió sus ojos sintió como cada músculo de su cuerpo dolía, con cuidado se sentó sobre la cama dándose cuenta de que ya había anochecido
Cuando estaba por tomar el vaso con agua junto a su cama la puerta fue tocada
-adelante-dijo el y un curioso Adler asomo su rostro
-es hora de la cena, Emilio quiere saber si quieres comer con nosotros o te lo trae aquí-dijo el niño

Joaquin con cuidado intento ponerse pie, los primeros movimientos fueron dolorosos pero una vez recuperado el equilibrio noto que se sentía como si hubiese echo demasiado ejercicio la noche anterior
-creo que puedo acompañarlos-sonrió Joaquin y el niño le regreso la sonrisa

Ambos se encaminaron al comedor a paso lento pues aun que no le doliera demasiado si lo hacía y era difícil hacer ciertos movimientos

Cuando llegaron Emilio se encontraba leyendo un libro y anotando un par de cosas en una libreta, miro a Joaquin de reojo disimuladamente pero no dijo nada
El peli negro sabía que estaba molesto aun que en sus recuerdos bagaba la imagen de el dandole un baño silencioso
-Nehmen Sie Platz, junger Mann, das Abendessen ist fertig-dijo Agneta
(Toma asiento joven, la cena esta lista)

Joaquin miro a Adler en busca de una traducción la cual obtuvo
-que te sientes, ya servirá la cena-dijo el niño tomando su lugar
El obedeció y se sentó junto al niño mientras que Agneta entregaba a cada unos una sopa con verduras humeante
-Emilio...-hablo Adler bajito
-mhum?-pregunto el si dejar de leer su libro
-mañana es 4 de noviembre- señalo el niño
Emilio lo miro serio tanto que por un segundo Joaquin pensó que lo regañaría
-lo se Adler, pero estoy trabajando, este no es como los años anteriores-respondió el tranquilo
-pero podrías faltar un día , ellos comprenderán...por favor?, un niño de mi escuela dijo que hay un río cerca de aquí-Adler revolvía las verduras de su sopa con miedo

Emilio bajo el libro de su rostro y suspiro hondo
Joaco los miraba en silencio al igual que Agneta
En él tiempo que llevaba aquí el peli negro pudo comprender que Emilio era severo y duro con todos incluso con su pequeño hermano lo había escuchado regañarlo un sin fin de veces, pero a la vez ese pequeño era el único que lo ablandaba un poco

-esta bien, le preguntare a los guardias por ese río-terminó por decir Emilio
-y puede ir Joaquin?!-dijo Adler emocionado
El coronel miro a Joaco quien no sabia de que hablaban pero igual estaba sorprendido por ser mencionado
-si el quiere y se siente bien puede hacerlo- fueron las ultimas palabras de Emilio antes de retirarse de la mesa, tomo su libreta con notas y salió de la casa
-si quieres venir con nosotros?...anda..-pidió el infante
-no se si deba
-Pero mi hermano ya dijo que estaba bien!, por fa, te divertirás mucho!-hizo un puchero el cual convenció por completo a Joaquin
-esta bien, supongo- respondió finalmente y ambos continuaron con su cena

Una vez terminada la comida, tanto Joaquin como Adler lavaron su plato, el infante se dirigió a su habitación y Joaquin estaba por dirigirse a la suya pero aun que su cuerpo se sentía cansado su mente ya había dormido bastante y no tenia sueño

Se dirigió a la biblioteca y después de decidirse  por un libro se encamino a la oficina se Emilio para utilizar su sillón

Cuando entró sus ojos viajaron por los escasos muebles de madera que se veían realmente pesados, encendió la lampara y cuando estuvo por sentarse en el enorme sillón unas hojas sobre el escritorio llamaron su atención

Se acerco cuidadosamente sentándose en la cómoda silla del escritorio y tomo una, era Adler....un dibujo del niño, el grafito se veía fresco así que detuvo su impulso por pasar sus dedos sobre este
Después miro el de una hermosa mujer, aun que el dibujo era a blanco y negro se podía apreciar que los ojos tenían intenciones de ser de un color claro, tal vez verde como de los ojos de Adler
Había muchos retrato de la misma mujer en distintas posiciones, se miraba que era una mujer madura, quizás algunos años mas joven que su propia madre
Había otro de Agneta sirviendo su sopa y otro de Adler jugando la pelota, uno donde el niño parecía aun mas joven
Ojeo uno por uno maravillado ante tanta presión y detalle, pero su sorpresa fue mayor cuando se encontró con uno de el mismo