Cap. 8 (Changbin)

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CHANGBIN: "COMO ALGO MÁS QUE AMIGOS"

Empezamos a cocinar para los chicos, los ojos de Felix brillan como el fuego de la candela que cuece la pasta, emitiendo un calor abrasador que provoca que la piel de su rostro comience a verse sudorosa.

Observo la imagen y siento que mi cuerpo está a la misma temperatura que las galletas que puse a hornear. No quiero. Aparto la vista.

_ Me gusta cocinar contigo, hyung _ dijo Felix con una sonrisa juguetona, mientras anudaba mejor el lazo de mi delantal, en un intento por buscar una perfecta excusa para agarrarse a mi cintura.

Sonrío.

Me gusta.

Odio que me guste.

_Se va a pasar la pasta_ contesto apartándolo de mí, pero sin poder evitar devolverle la sonrisa.

Felix se apresura a quitar la pasta del fuego, sintiéndose culpable.

No sé que me pasa, me gusta cuando me toca y mi ego se ensancha cuando mi mirada se tropieza con la suya cada vez que lo encuentro observándome. No puedo evitar desear que revolotee a mi alrededor como una mariposa y que me diga lo mucho que le gusto.

Pero no me gusta que él me guste.

No puede gustarme.

No me gustan los hombres.

A veces Jisung bromea conmigo y me dice: "No te gustan los hombres, te gusta Felix" ¿Será cierto? Me siento extraño.

Creo que lo que amo de Felix, es que él me ama a mí, pero no imagino cómo sería agarrarlo de la mano como a algo más que un amigo... Aunque ya lo hago, lo agarro continuamente de la mano y él se ilusiona y yo... ensancho mi ego.

_¡Ya está lista la pasta! pero creo que tus galletas se están quemando...

Felix interrumpe mis pensamientos

_¡Mierda!_ grité.

Corrí hacia el horno, pero ya era demasiado tarde.

_No te preocupes_ me susurra al oído con esa jodida, sexy e infernal voz, que logra erizarme la piel.

Siento repulsión, el corazón me va a mil.

Felix me abraza.

Lo dejo abrazarme.

Estoy perdido.

Me mira a los ojos y el corazón se me acelera dentro del pecho, como una bomba que está apunto de estallar. Mis pupilas analizan cada peca y se detienen en sus labios, esos jodidos labios...

Felix se aproxima mientras mis ojos siguen paralizados en su boca.

_¡Estoy oliendo a quemado! 

BangChan irrumpe en aquel momento y no sé si odiarlo o agradecérselo.

Solo sé que mis pies siguen inmóviles al lado del horno, mientras mis ojos observan como Chan y Felix bromean entre ellos y mis oídos se niegan a escuchar una sola palabra de aquel jugueteo en el que yo no era protagonista.

La perdición vive conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora