CAP 8

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MORENA:

Miré sus labios mientras este los relamía.

Muy bien sabía que quería volver a probarlos.

—¿Así que te parece la mejor idea del mundo?— alzó sus cejas.

Asentí esta vez mirando sus ojos.

—pues a mi también—

Se acercó peligrosamente a mi agarrando mi cintura.

Comenzó a dejar besos sobre mi cuello  subiendo hasta mi mandíbula y volviendo a bajar hasta mi clavícula.

—la puerta Mateo—
Susurré como pude.

Mateo miró la puerta para que esta lentamente se comenzara a cerrar.

—solucionado— espetó sin dejar de de darme besos.

Este agarró mis piernas por la parte de atrás impulsandome hacia arriba y dejándome sobre la isla de la cocina.

Ahora fui yo la que atacó sus labios.

—quitate la remera— susurré mordiendo su labio.

Este sonrió para jalar de su remera hacia arriba dejándome ver su abdomen bien trabajado.

Acaricié este y volví a besar sus labios.

Este jadeó cuando dejé un pequeño mordisco sobre su cuello.

De a poco fue deshaciéndose de mi pollera y mi remera dejándome en ropa interior.

—¿Alguna vez te dijeron que sos arte?—

Dijo inspeccionando mi cuerpo de arriba hacia abajo.

Reí para atraerlo hacia a mi y besar sus labios.

Desabrochó mi corpiño así dejando una vista perfecta de mis pechos.

Los besó, mordió y jugó con ellos llenándome de placer.

—dios Mateo— jadeé.

Jugó con mis pechos a su antojo.

—no me menciones a ese—

Ambos nos reímos y este jugó con mis bragas sonriente hasta el punto de agarrar las y romperlas.

—así estás más linda— dijo apresurando mi desnudez.

Desabrochó su pantalón bajo mi atenta mirada dejando caer este junto a su boxer y dejándome ver su gran erección.

Se acercó hacia mi acercándome a su cuerpo.

—abre las piernas— ordenó.

Las abrí lentamente bajó su mirada llena de lujuria y deseo.

Se acercó un poco más, posando su rostro sobre mi cuello.

Y poco a poco fue introduciéndose en mi.

Gemí alto al sentir como de repente terminó de meter todo lo que quedaba.

—¡Mateo!— grité.

Este comenzó a moverse rápidamente dentro de mi.

—te amo....— gimió en mi oído mientras seguía penetrándome.

—yo más...— sentí una ola de placer y fui regulando mi respiración al sentir que había llegado al orgasmo.

Mateo descansaba sobre mi hombro.

Me posicioné alterada al recordar que no estábamos solos en casa.










Hola beibes.
Se que no soy la mejor narrando estas partes pero prometo mejorar:)

Demon II-TRUENO[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora