|Dark Paradise|

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Su cuerpo se encoge tanto como es posible bajo las mantas blancas de su cama y aprieta entre sus brazos el peluche con forma de conejo que tanto le gustaba a Jungkook.

El que él le regaló en su primera cita.

Sus sollozos nuevamente se pronuncian y aunque quiere no emitir sonido alguno para no despertar a su amigo quien está en la otra habitación acompañándolo esa noche, no puede.

Su pecho se aprieta, se siente sofocado pero eso no impide que siga bajo las mantas.

Cierra sus ojos y siente sus lágrimas deslizarse una tras otra rápidamente por sus mejillas hasta llegar en sus labios y morir allí para permitir que los lamentos dolorosos que salen de su boca cobren vida.

Su corazón duele, sus ojos arden, sus manos tiemblan y sus labios permanecen hinchados.

—Hyung. —Escucha decir, pero Taehyung sabe que solo es su mente jugando de nuevo con él.

Cinco meses han pasado desde que Jungkook se accidentó y falleció, pero Taehyung aún siente que es el mismo día en que sintió su misma alma desprenderse y seguir la de su pequeño novio.

Porque desde entonces él solamente es un cuerpo vacío, careciente de alma, de vida.

Y no es que le importe mucho estar de esa manera, su mente solo está en Jungkook, no importa si está despierto, lo recuerda y tampoco si duerme, pues sueña con él.

Sencillamente no puede y tampoco es que quiera olvidarlo.

Porque Jungkook lo es todo para él.

Los vellos de su piel se erizan y siente un frio recorrer su cuerpo, no tiene la ventana de la habitación abierta así que se inquieta un poco por ello, pero no hace algo, solo se queda allí, bajo su refugio de mantas y en la protección de su peluche.

Solloza más fuerte, el pensamiento de acabar con su vida y seguir a Jungkook en la otra danza en su mente y no, no es la primera vez.

Desde que supo que su chico ya no estaría con él quiso seguirlo, pero no pudo, su mejor amigo quien ahora mismo se queda en su casa cuidándolo se lo impidió y se lo sigue impidiendo cada vez que lo intenta.

Él solo quiere estar al lado de Jungkook, pero nadie entiende que él ya no vive, que él murió junto a su novio en aquel fatídico accidente.

Se remueve en su cama, empuñando sus manos, cerrando con más fuerza sus ojos, pidiéndole a Jungkook con sus débiles pensamientos que venga por él y lo lleve consigo, aunque sabe que no tendrá respuesta alguna a sus vanas súplicas, no obstante, intenta e intenta tanto como puede, cayendo minutos más tarde dormido ante su debilidad mental y física.

Y quizás esa es la mejor parte, dormir y soñar que está junto a su bonito novio en lo que parece ser un paraíso oscuro, aunque no le importa mucho, el solo hecho de estar junto a él permite que su corazón ignore todo lo demás y se sienta cálido.

O quizás no es el mejor consuelo que puede tener, porque cada vez que despierta, la realidad lo golpea tan fuerte que siente su corazón renacer como el fénix y desmoronarse en el mismo instante que lo hace.

Maldice al universo en ocasiones por arrebatarle al amor de su vida y en otras ocasiones lo bendice y le agradece por permitirle haber conocido a la persona más bonita que ha llegado a pisar la tierra.

Siente sus cabellos moverse un poco, quizás el poco viento que entra a su habitación quiere consolarlo también y se deja ser, se permite arrullarse en él y duerme un poco, con sus hipidos y sollozos disminuyendo un poco cada segundo que pasa.

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