[Amistad Extraña | Draco Malfoy] || La Piedra Filosofal #1

Capítulo II

Dánae llegó a mi casa el 1º de Septiembre y decidimos ir juntas con mis otros hermanos. El día de ayer lo pasamos en su casa, jugando al Quidditch, ¡como ella tiene una mansión tiene espacio hasta para un campo de Quidditch entero! Fue muy divertido, soy buena cazadora, quizás por mi práctica siendo lechuza. Entramos en el viejo coche de papá que tenía un hechizo de expansión indetectable y nos fuimos hacia King's Cross.

Al llegar a la estación ya eran las 10:47, faltaban 13 minutos para que saliera el tren, recogimos unos carritos para llevar los equipajes, cogí la jaula de mi gato Yuki y la puse sobre mi baúl. Entramos a la estación y vi al rubio cabello de Draco Malfoy atravesando la barrera, supuse que allí estaría la entrada a la plataforma 9 ¾. Nos apresuramos a entrar por la barrera y un chico se nos acercó. Era bastante mono, tenía el pelo color azabache y unos ojos verde esmeralda muy bonitos, vestía con ropa de muggles que era por lo menos tres tallas más grandes de la que él debería tener. Se acercó a mi madre y preguntó:

—Eh... Disculpe... ¿Usted sabe.... cómo...? —empezó.

—¿Cruzar la barrera? —terminó mi madre —Oh sí claro, mis hijos Ron y Gail van a empezar este año, y la amiga de Gail, Dánae, también, mira lo que debes hacer es ir hacia la barrera y atravesarla.

Ron pasó, luego pasó Dánae diciéndome que nos vemos al otro lado y luego pasé yo y vi una hermosa locomotora roja escarlata a vapor que decía "Expreso de Hogwarts". El pelo blanco de Dánae era inevitablemente muy distintivo y me acerqué a ella, detrás nuestro venían Ron que se había quedado en la entrada y el chico extraño. Subimos al tren y encontramos un compartimiento vacío en el cual dejamos nuestras cosas junto a nuestras mascotas. Yuki me indicaba con la mirada que le dejase salir ya mismo, lo dejé libre y se acomodó en mi regazo cuando ya estaba sentada.

Mi madre se acercó a la ventana, la abrí y nos dijo que nos quería y que nos iba a extrañar mucho. El chico de cabello azabache estaba ahí conmigo y era algo incómodo, cerré la ventana cuando mi madre saludaba a Ron que aún estaba en la plataforma. Luego el tren empezó a andar con un repiqueteo constante.

Estaba callada y Dánae me había dicho que se iba con unos amigos. No sé quiénes serían así que preferí quedarme en el compartimiento con el misterioso chico justo a mi lado. En un momento llegó Ron al compartimiento y preguntó si podía quedarse aquí con nosotros.

—Claro —dijo el chico.

—Yo soy Ron, Ron Weasley, esta es mi gemela Gail Weasley, aún que ya nos conoces, ¿y tú? ¿Cómo te llamas? —dijo mi hermano.

—Yo soy Harry Potter —la cara que puso mi hermano a su respuesta fue increíblemente graciosa y no pude evitar dejar escapar una risa debido a su asombro, yo sabía que Harry debería de sentirse mal por ser tan alabado, yo quisiera ser famosa también pero sería bastante agotador por culpa de toda la gente.

—Un gusto —le dije con una sonrisa honesta que le hizo sentirse mejor.

—Pero... ¿De... De verdad tienes la...? —Preguntó Ron.

—Ah, esto —dijo y se levantó un poco el pelo dejando ver la inconfundible cicatriz marcada por el peor enemigo de Harry.

—Wow... —dijo Ron, yo lancé una mirada de sorpresa y asombro pero no le tomé mucha importancia como mi gemelo, quien por el contrario la admiraba.

Pasaron las horas y hablamos de temas triviales, era entretenido, y Harry nos contó sobre sus tíos los Dursley, eran unas personas muy desagradables, no me gustaban nada, quizás por eso Harry estaba tan flacucho...

Un chico había llegado a nuestro compartimiento y con voz temblorosa había preguntado si habíamos visto a su sapo, le dijimos que no y se fue, no me generaba una buena impresión, pero parecía majo. Luego de esa interrupción llegó la siguiente, pero esta vez era una chica, no me cayó bien solo con verla, nos habló con voz mandona, detrás estaba el chico de antes, el del sapo.