Capítulo 3.

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El interior de aquel local estaba atestado de gente y Miryeong se sentía nerviosa y algo fuera de lugar sin embargo, la compañía de Yuta siempre a su vera conseguía calmarla.

El chico le dedicó una sonrisa y entrelazó sus dedos con los de ella para caminar entre la multitud. La gente bailaba al son de la música tan alta que tocaba aquella banda de rock amateur. Miryeong se los quedó mirando, tenían un aspecto alternativo y oscuro a la vez, y el batería le pareció tremendamente atractivo.

—Miri-chan. —Yuta llamó la atención de Miryeong y esta dejó de mirar a la banda del escenario para centrarse en su acompañante. —Estos son mis amigos. —Dijo sonriente. La vista de Miryeong se enfocó en las personas sentadas en aquella mesa redonda ante ellos repleta de bebidas, ceniceros a rebosar, paquetes de tabaco y de lo que no era tabaco.

—Hola... —Habló la chica tímida. Los amigos del japonés apenas pudieron oír nada con el alboroto que había en aquel antro.

—Él es Taeyong, algo así como nuestro líder. — Miryeong miró al chico que señalaba Yuta. Tenía el pelo ligeramente largo y en un tono cenizo. Taeyong le sonrió y levantó la mano para saludarla. Parecía majo ante los ojos de la chica. —Él es Jaehyun y la de al lado... ni idea, su novia de la semana; no te molestes en aprenderte su nombre, mañana estará con otra. —La chica de pelo rojo que recostaba la cabeza en el hombro de Jaehyun dejó de hacer dibujos sobre el pecho del chico castaño de pelo corto y miró a Yuta mosqueada.

—¡Idiota! ¡Jaehyun y yo estamos enamorados! —Reprochó la chica enfadada. Yuta puso los ojos en blanco y Jaehyun se rio.

—Sí, sí, estamos enamorados; ¿no lo ves Yuta? —Habló ahora Jaehyun. El japonés le sonrió a su amigo y Miryeong entendió la situación por completo. Le daba pena aquella chica que parecía no saber leer que el tal Jaehyun era todo un jugador con las chicas y ella duraría a su lado lo mismo que tardaba una gota de lluvia en tocar el suelo. —Y por cierto, —Dijo Jaehyun mirando a Miryeong. —Encantado. —Le guiñó un ojo mientras la saludaba levantando el mentón y antes de que Miryeong pudiese levantar la mano para saludarle, Yuta la atrajo hacía sí mismo sujetándola por los hombros.

—Y esos son mis ami... ¡Eh! ¿Qué estás haciendo tú aquí? —La castaña y los amigos de Yuta se sorprendieron cuando el chico habló en japonés. Pero la explicación no era otra más que aquella chica morena con un flequillo tupido vestida completamente de negro que estaba sentada en la esquina del sofá que rodeaba la mesa. —¿Por qué no estás en casa? ¡Sabes que no puedes venir aquí! —Miryeong entendió a la perfección a Yuta, pero por las caras de confusión de Taeyong y Jaehyun, juraba que aquel par no tenía ni remota idea de japonés.

—¿Sabes que me puedes hablar en coreano? ¡Qué manía con el japonés en público! —Se quejó la chica. —Queda fatal y parece que estás hablando para que no se entere la gente. —Se cruzó de brazos y suspiró.

—Márchate. —Espetó Yuta serio mirando a la chica. Miryeong comenzaba a notar la tensión de aquella zona de manera vasta.

—Bueno, como el cretino de mi hermano no me va a presentar, lo hago yo misma. —La morena le extendió la mano a Miryeong para estrechársela. —Nakamoto Yumi, puedes llamarme solo Yumi, me gusta más. —Se encogió de hombros y la castaña le estrechó la mano con una sonrisa.

A regañadientes, Yuta y Miryeong se sentaron con el resto de los chicos. Yumi, que no quería estar cerca de su hermano esa noche, se cambió a la otra punta del sofá sentándose al lado de Taeyong.

Yuta comenzó a pedir bebidas para él y Miryeong mientras entre todos conversaban entretenidamente para conocer más a la chica que acompañaba al japonés.

—¿Qué te gusta hacer Miryeong-ssi? —Preguntó Jaehyun aún con la pelirroja enganchada al cuello. La castaña dio un sorbo de su bebida antes de contestar.

—Bailo. —Jugueteó con su pelo algo tímida. Le caían bien todos, pero seguía fuera sintiéndose algo fuera de lugar ahí.

—¡Oh! —Habló Yumi. —¡Taeyong también baila! —El susodicho miró sorprendido y sonrojado a la japonesa antes de mirar a Miryeong con timidez.

—Eh.. Sí bueno, bailo un poco en un estudio cerca de mi casa. —Dijo jugueteando con sus finos labios. —Antes bailaba más con un... viejo amigo. Ahora prácticamente lo he dejado.

—¿En serio? —Preguntó Miryeong apenada. No soportaría la idea de dejar de bailar, y por el tono de Taeyong, sabía que él tampoco. —¡Qué mal! Yo voy a una escuela de ballet y... suele haber salas disponibles para alquilar a muy buen precio. —Explicó.

—¿Bailas ballet? —Dijo Taeyong más interesado. —¡Siempre he querido probar estilos más líricos! ¡Bailemos juntos algún día!

Yuta, que ya parecía ir por su quinta o sexta bebida de la noche en lo que Miryeong solo había bebido medio vaso, golpeó con fuerza su botellín de cristal contra la mesa y se lamió los labios desafiando a Taeyong con la mirada desde la otra punta de la mesa.

—¿Bailar con ella? —Preguntó. Taeyong que se había sobresaltado por el golpe, frunció el ceño.

—Vamos Yuta, deja de beber un rato, —Dijo ahora Jaehyun. —Solo estamos conociendo a Miryeong. —Estiró el brazo para quitarle la botella de cerveza pero Yuta lo elevó de manera brusca antes de que la mano de Jaehyun llegase, salpicando por completo a la pelirroja y la propia Miryeong.

—¡Eh! —Se quejó la chica al lado de Jaehyun.

Yuta. Al baño. Ahora. —Yumi se levantó con el semblante serio tras haber pronunciado aquellas palabras en japonés y caminó hacia donde estaba Yuta para agarrarle de la camiseta y levantarlo de su asiento.

Yuta se tambaleo al estar de pie y gruño para seguidamente, empujar sin cuidado alguno a Yumi haciendo que chocara con algunas personas que había de pie en la sala.

¡Mierda, déjame! ¡No eres mi madre joder! ¡Actúa como la puta hermana pequeña que eres y márchate a casa! —Protestó con un japonés gangoso por la ebriedad. Yumi roja de la ira caminó hacia su hermano y le sacudió con fuerza sosteniéndolo de los brazos, pero de nuevo, Yuta la apartó con un empujón.

—¡Yuta! —Taeyong se levantó para sujetar a su amigo del brazo. —¡Dios! ¿Es que no sabes beber? ¡Estás haciendo un espectáculo delante de Miryeong-ssi! —El mayor se puso serio y levantó la voz. —Se repite de nuevo la historia Nakamoto. —Advirtió. —Compórtate por una maldita vez en tu vida de manera decente con una mujer, y no vuelvas a tocar a tu hermana.

Miryeong miraba la escena confusa y con algo de miedo. Se refugió en la mirada que Yumi le dedicaba de pie en la que claramente podía leer un "lo siento" y luego miró a Taeyong cuyos ojos decían lo mismo.

—¿Qué se repite la historia? —Yuta se rio con prepotencia mirando a Taeyong de arriba abajo. Se zafó de su agarre molesto y escupió en el suelo del local de mala gana antes de volver a hablar. —¿Vas a volver a robarme a mi chica Lee Taeyong? ¿Eso insinúas? —El coreano cerró los ojos y respiró intentando que su paciencia con su supuesto mejor amigo no sobrepasara sus límites de aquella noche; pero la estupidez de Yuta se lo estaba poniendo difícil. —Vámonos Miri-chan. Te llevo a casa, es tarde. —Habló en japonés.

Miryeong seguía afligida y ahora además, confusa por aquello que había dicho Yuta. Pero aun manteniéndose en sus cabales, sabía que volver a casa con Yuta en moto estando como estaba era todo un peligro.

—No. Pillaremos un taxi e iré contigo a casa. —Dijo Yumi mirando a la castaña. —Márchate Yuta.

New Romantics |Na Jaemin; NCT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora