Capítulo 1

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La evolución es un terreno peligroso en múltiples aspectos. Todo aquello diferente, todo aquello que se sale de lo establecido y puede llegar a ser superior a lo conocido, a menudo, es venerado; pero cuando el ser humano se siente amenazado no tarda demasiado en considerarlo una aberración, una abominación de la naturaleza y que por ello tiene que ser eliminado. Tan solo un chispa, una mísera chispa, acrecentará el miedo y el salvajismo que creíamos extinguido.

— Un explosión en mi mitad de la noche despierta al Chicago durmiente. Una gran bocanada de humo se eleva hacia el cielo haciendo prácticamente imposible el tránsito aéreo por la zona. Allí donde se creía que no había nada, una zona desértica de las afueras ha terminado viéndose rodeada por un incendio clandestino, policía y bomberos intentando sofocarlo y una marabunta de medios de comunicación de todas partes del país que se hacen la misma pregunta: "¿Qué es Amsbad Corporation?".

A veces, jugar a ser Dios, lleva sus consecuencias. Uno no puede asumir que será perdonado si no se sabe la gran atrocidad de hechos que ha producido de puertas para adentro. Nadie sospecha la realidad que se cierne bajo la oscuridad en miles de lugares en todo el mundo, en sitios donde teóricamente existe la paz, el amor, la concordia y el perdón; o, incluso, en lugares que nadie sospecharía porque el hombre sabe como esconder sus miserias a pesar de todo. Es tan astuto como despiadado.

La voz de la presentadora de televisión parece sacada de otro universo, aunque después de tantos años escuchando casi únicamente mi propia voz es normal que no pueda confiar en mis instintos, menos aún cuando llevo tantísimo tiempo corriendo, ahogándome, con la garganta y los pulmones ardiendo, pues a pesar de todo no dejo de tener las debilidades de cualquier estúpido ser humano, lo que era.

Amsbad Corporation ha tenido que desplegar a todos los miembros de los guardias después de lo sucedido y aunque me encantaría decir que son fáciles de reconocer, después de ver las ropas que llevan todos los humanos risueños de las calles o los curiosos que se asoman para contemplar la inmensa columna de humo, no distan demasiado de esas prendas, mientras que las mías son tan fácilmente reconocibles como la luna en mitad del firmamento estrellado.

Aún puedo escuchar las sirenas del edificio dando la señal de alarma e indicando que había habido una fuga. En realidad, muchas. Dudo que sepan exactamente la cantidad insana de seres que hemos escapado de allí igual de deprisa que si nos estuviesen persiguiendo desde el principio, pues no hay minuto que perder. De alguna manera han de saber localizarnos.

Por suerte he podido quitarme el collar. Sé que con él sería aún más complicado poder poner tierra de por medio. No carezco de mis habilidades y aunque a menudo me fatiga usarlas, tengo un rostro que ellos no conocen y espero que no lleguen nunca a conocer.

La sensación es agónica. Creer que puedes morir en cualquier momento si te pillan. Desear que no lo hagan con todas las fuerzas y querer que alguien, en alguna parte del mundo, también piense que no eres un monstruo criado en cautividad aunque técnicamente lo eres, es un acto desesperado de la humanidad que aún reside en mí.

La ciudad se está sumiendo en caos poco a poco. La curiosidad los mantiene a todos frente a los televisores en las calles, demasiado intranquilos como para mantenerse en casa, pero no lo suficiente como para dejar atrás la televisión. Sus pantallas parecen mágicas, es como si supiesen todo en tiempo real y me ayudan a averiguar cómo sigue la situación en aquel lugar que tuve que llamar hogar durante tantos años. No han visto a nadie saliendo, nadie fuera de lo normal. Ha discusiones porque los bomberos y la policía están siendo interceptados por los miembros de seguridad de Amsbad para que no se acerquen demasiado, para que no entren, para que no espíen. Seguramente quieren mantener aún el secreto de todo aquello que nos hacían de puertas para adentro, pero es solo cuestión de tiempo para que la verdad se sepa.

Entro en lo que parece el primer edificio medio abandonado que encuentro. Allí no hay nadie. Está lleno de cascotes por un montón de sitios. Me permito desfallecer medio segundo para coger aire, recuperar el aliento e intentar pensar hacia donde puedo ir. La policía está por todas partes debido a la explosión. Toda la ciudad está desconcertada y yo empiezo a no poder ver con claridad por el sobre esfuerzo. He aprendido que la gente no se aparta por mucho que parezca que estás luchando por salvar tu propia vida. Son igual que estatuas situadas en mitad de la calle, observando sus intereses, perdiéndose detrás de las pantallas sin ver lo que está aconteciendo en realidad.

Las sombras pueden ayudarme en ese momento para encontrar algo de alimento o bebida, pero no tengo fuerzas, soy incapaz de mantener mis ojos abiertos durante mucho tiempo. El sueño me vence.

Un grito ensordecedor llega a mis oídos. Me levanto del suelo en el que había caído extenuada y voy en dirección a una de las tantas pantallas a la que la gente está vociferando como si fuesen perros sarnosos. Allí, en algo que parece un bucle están poniendo una y otra vez la misma escena. Un ser emerge del interior del edificio de Amsbad, tiene el cuerpo de tres hombres y la fuerza de muchos más; sin embargo, lo peor no es eso, lo peor es que se nota a leguas que no es un ser normal. Es uno de los experimentos. Sus piernas son las de un animal y de su boca ha escapado el más letal de los fuegos como si se tratase de una especie de criatura mitológica, o al menos, es lo que repiten en todas las cadenas. La gente está asustada y otros enfadados con el Gobierno por haber permitido algo así.

— Aún seguimos sin noticias del lugar del suceso desde que perdimos la conexión. Desconocemos qué es ese ser y ese lugar, pero una cosa está clara y es que.... —dejo de escucharla para sumirme en mis propios pensamientos.

... los experimentos estamos en problemas.

The end of tomorrow: GenesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora