How are you? Un nuevo comienzo

PRÓLOGO

Elena yacía en la oscuridad de su habitación, sumida en un sueño profundo que parecía más real que la propia vigilia. En su mente, se encontraba en un lugar entre la vida y la muerte, un reino donde los colores se desvanecían y las sombras cobraban vida propia.

Caminaba por un sendero bordeado de árboles retorcidos cuyas ramas se entrelazaban formando arcos oscuros sobre su cabeza. El aire estaba cargado con un silencio profundo, roto solo por el susurro de hojas marchitas bajo sus pies. A medida que avanzaba, una niebla grisácea se alzaba del suelo, envolviéndola como un velo fantasmal.

Entonces, en la distancia, vislumbró una figura. Era alta y esbelta, envuelta en un manto oscuro que parecía absorber la luz que quedaba en aquel lugar sombrío, esto no era humano, emanaba una energía abrumadora. No se podía distinguir su rostro por estar envuelto en una capucha, pero si los ojos que brillaban bajo ella la miraban con una intensidad que cortaba a través de la niebla como dagas afiladas.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Elena mientras la figura se acercaba con pasos lentos y deliberados. Cada movimiento resonaba y hacia eco en este sueño.

—¿Quién eres? —susurró Elena, su voz apenas un susurro en el vacío.

La figura no respondió con palabras, pero una sensación de conocimiento ancestral emanaba de ella. Extendió una mano huesuda y pálida hacia Elena, invitándola a acercarse.

La joven ni lenta ni perezosa a pasar de todo el escalofrío que le causaba se acercó con cuidado.
Entonces, cuando parecía que iba a tocar la mano extendida, Elena se despertó abruptamente. El frío de la noche se había infiltrado en su habitación, y el eco del sueño se desvaneció lentamente en el rincón más oscuro de su mente. Sin embargo, el peso de la experiencia onírica permaneció, dejando a Elena con la inquietante certeza de que había tocado la superficie de algo profundo y antiguo que aguardaba en las sombras de su existencia eterna.