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la lluvia estaba inundando la ciudad como siempre solía hacer en ciertas épocas del año, solamente que él no llegaba a sentir las gotas mojarlo. no era porque se encontrara bajo techo, ni tampoco porque llevara un paraguas o un impermeable cubriéndolo, se encontraba en medio del parque, tratando de descubrir la razón del porqué no sentía su ropa o cabello humedecerse.

sintió la frustración presente en su ser, esperando a que nadie llegara para verlo en tal estado ya que sentía vergüenza hacia sí mismo.

pero la suerte no estaba de su lado.

—¿estás bien? —oyó a sus espaldas, una voz suave pero varonil.

sabía perfectamente que aquella persona le hablaba a él porque el parque no era muy concurrido, y menos a altas horas de la noche cuando se suponía que debía estar durmiendo para ir a clases mañana.

maldijo en voz baja, dándose la vuelta para poder quedar cara a cara con el desconocido.

no pudo pronunciar palabra alguna al verlo, sin saber si era porque aquel chico se encontraba en la misma situación que él, o porque era tan lindo que llegó a dejarlo sin aire. sintió la vergüenza apoderarse de su ser, suspirando un poco para poder calmar su nerviosismo y poder hablar.

—creo que la respuesta es obvia, ¿no? ya sabes lo que pasa con las personas como nosotros, no hace falta preguntar. —dijo yuta, observando detenidamente a aquel chico, unos cuántos centímetros más bajo que él.

su piel se veía suave y el color de esta era muy llamativo, sus labios eran carnosos y estaban muy bien cuidados, su nariz tenía una bonita forma, tal como para dejar un besito en la punta de esta, su cabello castaño caía por sobre su frente, haciéndolo ver bastante atractivo y, sus ojos... a pesar de verse tan hermosos bajo la luz de la luna, demostraban tristeza, o eso era lo que creía el japones cuando los vio.

—me llamo donghyuck... lee donghyuck.

Pudo oír nuevamente al contrario, sintiéndose embriagado por aquella linda voz que poseía.

—nakamoto yuta. —extendió su mano luego de pronunciar aquello, pero aquel saludo nunca llegó a ser correspondido, recibiendo a cambio una negación.

—no puedo tocar a la gente por mi enfermedad, lo siento.

[ 🌧 ]

la noche siguiente volvió a aquel parque, esperando encontrarse con el lindo chico, el cual decía llamarse donghyuck.

"es un lindo nombre" pensó, mientras que miraba al cielo con una leve sonrisa en su rostro.

yuta no sabía muy bien el porqué de su enfermedad, ya que él no era una persona que tuviera problemas como para acabar cayendo en la depresión, sus notas eran buenas, sus amigos lo querían y viceversa, e inclusive se llevaba bastante bien con su exnovia como para andar deprimiéndose por su ruptura, la cual fue acordada por ambos al no haber amor de por medio. entonces, ¿por qué? el mismo día que había conocido a donghyuck se dio cuenta de que no sentía la lluvia, y le aterraba la idea de ser tachado como uno de "esos", por lo que no se lo había contado a nadie, ni siquiera a su madre.

salió de sus pensamientos al sentir como alguien se sentaba silenciosamente a su lado, dándose a sí mismo el valor de girar la cabeza para poder mirarlo y saludarlo.

—hola.

—oh, yuta, ¿cómo estás? —sonrió el moreno, causandole algo de ternura al mayor.

solamente que sabía que esa sonrisa era falsa, no podía explicar muy bien el cómo, pero lo sabía. era como si conociera a donghyuck desde hacía tiempo pero, que él supiera, lo había conocido apenas la noche anterior.

comenzaron a socializar con rapidez, teniendo conversaciones triviales y a veces llegando a lo personal, o bueno, sólo yuta hablaba de sí mismo mientras que el menor lo oía con una sonrisa, pero este no se daba cuenta de eso. era como si conectaran al momento de haberse conocido lo que le hacía sentir una sensación muy cálida en su interior.

[ 🌧 ]

apenas eran las 20:28 y el ya quería irse al parque para poder hablar con donghyuck como lo habían hecho la noche anterior, pero no sabía si es que llegaría a ir porque su madre le pidió que cuidara la casa en lo que ella y su hermana volvían del funeral de uno de los vecinos del barrio quien había fallecido. el japonés no sabía de quién se trataba, y tampoco estaba tan interesado en eso porque en lo único que podía pensar era en donghyuck.

estaría mintiendo si es que dijera que no se había sentido flechado por él, porque claramente lo estuvo desde el primer momento en que lo vio.

"dios, yuta,lo conociste apenas hace dos días y ya te crees enamorado" se regañó a sí mismo, creyéndose algo idiota por lo que llegaba a pensar.

¿crees en las almas gemelas? ¿crees en los hilos rojos? ¿crees en el amor?

todo lo que se ve aquí es eso, cuando encuentras a tu alma gemela, es obra del hilo rojo que te une con ella, haciendo que florezca el amor.

pero, ¿por qué alguien estaría triste al encontrar a su alma gemela? es algo muy fácil y a la vez difícil de explicar, pero que tarde o temprano se sabrá la verdad.

𝐑𝐀𝐈𝐍 ; [ yuhyuck ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora