Chapter 20: Lauren/ Recuerdos difíciles de traer

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Capítulo 20: Lauren/ Recuerdos difíciles de traer

Conservar algo que me ayude a recordarte, sería admitir que te puedo olvidar –William Shakespeare

Los días que le siguieron al desmayo y mi confusión mental fueron bastante duros. Recuerdo mínimamente lo que sucedió; el doctor Wagner venía periódicamente a visitarme. Hablábamos mucho sobre muchos asuntos, algunos que me parecían fuera de lugar, como si no tuviesen nada que ver conmigo. Una vez estuvimos casi dos horas en el cuarto. Me pidió que le contara algunos recuerdos lindos de mi infancia. Lo miré algo confusa, intentando desterrar lo bueno de mi pasado y traerlo al presente pero desde que comenzó la guerra mi mente pareció bloquear todo lo otro.

Aquella noche donde recordé la escena de Thomas y la niña Marion fue terrible.

Padre se me quedó mirando perplejo mientras que Madre lo defendía en vano. Me dijo que no sabía de dónde diablos había sacado ese nombre, que todo había sido una estúpida alucinación como todas las demás pero desde aquel día, no pude quitarme el sabor amargo de la boca y la ira cada vez que me topaba con Mike. Por suerte, él volvió a Londres en busca de noticias y fue bastante fácil tener que evitarlo.

Desde aquella vez, no tuve más alucinaciones ni desmayos pero ahora existía una preocupación mayor en mi mente: Camila. Por alguna razón que se escapaba de mi comprensión, ella me evitaba como si fuera un bicho raro. Intenté hablar con ella. Necesitaba decirle que ya estaba bien, que había vuelto a la normalidad y que esos episodios se habían terminado pero Camila parecía muy lejana a mí, aún si estábamos en la misma habitación. Tenía una mirada extraña, algo dolorida y ruda a la vez.

Pensé que quizá indagando a Sophie sacaría alguna conclusión que finalmente pusiera todas las piezas del rompecabezas en su correcto orden. Pero en parte, Sophie también me evitaba, al menos cuando mencionaba el nombre de Camila; se ponía incómoda, miraba hacia otra parte y cambiaba de tema.

Pero no iba a esperar mucho tiempo más hasta averiguar la verdad aunque doliera.

Fui hacia el establo esperando toparme con ella, y allí estaba, sentada sobre un cajón de madera, sosteniendo la cabeza entre las manos y con la vista perdida hacia algún punto del lugar.

Toqué la madera con los nudillos para que supiera de mi existencia porque realmente parecía en otro planeta. Sophie se sobresaltó, llevándose una mano al pecho.

- ¡Jesús, Lauren! Casi me matas del susto –Suspiró mientras se reacomodaba en el cajón.

- Lo siento, solo necesitaba… un poco de paz –Me encogí de hombros y ella picó el anzuelo porque me dijo que pasara y tomara asiento junto a su lado. Estuvimos un buen rato en silencio, evitándonos. Observé que Sophie tenía unas cartas entre sus piernas pero no pude ver el nombre del destinatario; aquello me impulsó a iniciar la conversación hasta llegar a donde yo quería.

- ¿Son cartas? –Me miró perdida y luego asintió, aún en silencio-. ¿Se puede saber de quiénes son? –Sophie se mordió el labio y esbozó una sonrisa cansina, casi irónica podría decirse.

- De Thomas… Son cartas que me ha escrito a lo largo de estos años –Al oír su nombre, sentí cómo mi corazón comenzaba a latir más fuerte hasta detenerse por un momento. Ella rió intentando salir del ambiente tenso-. Oye, no me mires así.

- No, está bien –Respondí apenas en un susurro-. ¿Y qué piensas hacer con ellas?

- No lo sé. Por un lado, quisiera quemarlas y olvidarme de una vez por todas de él –Meneó la cabeza imperativamente.

Un amor en tiempos de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora