Danzaba, con su larga cabellera color castaña, brillante como el oro a la luz del sol.
Caminaba, observando cada pequeño lugar del infinito universo, con sus ojos tan oscuros como la noche.
Sus labios, de un color carmín apagado, resecos por la suave y fría brisa de otoño se mantenían indiferentes.
Sus manos, aquellas piezas de un rompecabezas perfectamente confeccionado, se deslizaban como seda entre las curvas imaginarias del aire.
Sus pies, descalzos y delicados como una pieza de porcelana, se desplazaban ligera y suavemente por aquellos prados de lilas.
Su vestido, aquel complemento que encajaba como un pequeño detalle en un cuadro pero que atraía la mirada de cualquiera que lo observara, volaba blanco como los bloques de marfil dándole libertad a la aún joven paloma.
ESTÁS LEYENDO
Pedacitos de cielo
Short StoryAcá voy a dejar pequeños escritos, microrrelatos e incluso poemas que salen desde mi corazón directamente al universo. Van a ser un pequeño registro de lo que alguna vez fui, para así en el futuro recordarme con viva euforia y alegre calma. Una part...