Cuatro días antes.
Miro con atención el trapo en la mesa, lo aprieto con fuerza y lo meto al agua para luego pasarlo por mi mejilla.
—Esos estúpidos no se pueden defender uno por uno —refunfuño y paso de nuevo el trapo, me dejara cicatriz, probablemente.
—Sarada, tu padre quiere que lo ayudes con la pesca —escucho a mi madre decirlo desde afuera y como su voz se acerca, coloco rápidamente mi mano en mi mejilla.
—Voy —digo y tiro el trapo con sangre, mi madre entra y paso a su lado aun con la mano en la mejilla, pero ella toma con fuerza mi mano y me jala contra ella.
—¿Quién fue? —pregunta al ver el rasguño en mi cara.
—Me caí —digo vacilando.
Ella no va a creerme.
—¿Crees qué soy estupida? Responde mi pregunta Sarada —me ordena, abro la boca no iba a responderle—. Ahora.
Bien, si eso quieres.
—Claro que no madre, eres una mujer muy inteligente, la mejor sanadora que he conocido —hablo rápidamente—. Jamás pensaría que eres...estúpida —digo la última palabra en voz baja.
Mi madre me suelta para tocar su frente y luego su mentón —. Me refería a que me respondieras, sobre quien fue el que te hizo eso
—Fue el hijo de Kira y sus amigos —respondo al saber que no puedo mentirle por más tiempo.
—Así que fueron ellos, yo salvé a su esposo el mes pasado y así me lo agradecen —se lamenta con enojo— . Lastimando a mi hija.
—Ya sabes porque ellos me odian —le recordé.
—Sarada...
—Padre debe estar esperándome —digo y salgo rápidamente de la cabaña.
Camino lentamente hacia el bosque, puedo sentir las miradas encima de mí y trato de ignorarlas. Ellos me odian, por ser hija de otro hombre y no del hombre que es esposo de mi madre y que dice ser mi padre y al que quiero como tal.
Por eso el, niña bastarda.
Pero ni mi padre me odia por no ser su hija ¿por qué ellos si? Y luego estan los demás insultos, bruja, niña maldita y su favorito, la hija de la bestia.
La hija de la bestia ¿es qué era un hombre lobo o algo por el estilo? Resoplo, saltando un tronco, si así fuera yo también lo sería ¿no? O solo pueda que fuera un desgraciado que golpeará mucho a mi madre y por eso se ganara ese apodo, eso explicaría bien su odio hacia mí y no hacia ella, pero eso no puede ser cierto, lo insinúe una vez y una cachetada fue lo que recibí.
—Te caerás de cara y no podre evitar reírme —me dice mi padre.
—Siempre lo haces, pero lo bueno es que siempre me levantas —le digo, me siento en una roca y me sacó las sandalias, para entrar al río.
—Nunca te dejaría tirada —dice.
—Lo sé —respondo.
Nos quedamos en silencio, las pláticas con mi padre suelen ser cortas y si son largas significa problemas.
—¿Y quién quedó peor? —me pregunta, hago una mueca—Ya sabes de los cinco.
—Así que lo sabes —murmuro—. Pues no pude pegarle bien a ninguno, los cinco estaban molestándome al mismo tiempo.
—Que cobardía —dice, mientras me da la red.
—Lo bueno es que solo me dieron un golpe y un corte —digo, tocandome la cara.
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La Hija De La Bestia
FantasyCuando era pequeña no entendía el por qué las personas me miraban de la forma en la que lo hacían. En sus miradas había, odio, desprecio, asco y miedo. Solían llamarme de formas hirientes, bruja, la niña maldita, la niña bastarda o su favorito, la h...