Capitulo 108

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Lara.

Me sentía terrible. Se suponía que el trabajo estaba guardado en el pendrive. Pero no se guardo bien.

Todo por un error estúpido, siempre había pensando que uno de mis mayores defectos era ser impulsiva. Esto me hacia cometer errores como este.

En la oficina, mientras Maria nos reprendía, pude notar que el trabajo era aun mas importante de lo que pensaba.

Santiago lo necesitaba y yo tal vez le había arruinado eso.

Me puse las manos en la cabeza.

–Tonta, tonta, tonta.- me dije.

–Hablando sola Lara?.- era Luke, parado en la puerta de la oficina.

Me puse los lentes y me acomode. Cuanto tiempo llevaba ahí?

–No mucho. Solo quería saber como estabas. Escuche la pelea.

Si Luke escucho la pelea, tal vez no lo iba a tomar de la mejor forma.

–Ah si, la pelea...

–Dime que Santiago no te hizo nada porque lo voy a buscar y le voy a reventar la cabeza.- Luke ya se estaba molestando.

–No, esta vez la que metió la pata fui yo Luke.- Dije mientras miraba los nudillos de mis manos.

Respire profundo.

Por que si Santiago me había hecho tantas cosas malas yo no podía restregárselas de la misma manera?

Sin sentirme mal...

Tenia muchos sentimiento encontrados.

–Te puedo abrazar Luke?.- pregunte.

Los ojos de Luke se pusieron de un color mas intenso aun y pude ver como sonreía, con sus perfectos dientes blancos.

Se acerco y me abrazo.

Estaba mordiéndome el labio para no llorar.

–Soy una tonta.- dije mientras me ahogaba entre sus brazos.

–Yo se que tal vez todavía no me tienes la suficiente confianza. Pero me puedes contar Lara.- dijo.

No lo haría, sabia que me quebraría si le contaba a Luke. Además que tan justo seria Luke con Santiago?

Seguro diría que se lo merecía, pero no. Esta vez Santiago no se lo merecía.

Después de que Luke se fuera y de hablar un poco. Me escribió Ana recordándome sobre nuestra reunión de chicas en el café.

Ya Adriana estaba invitada. Me faltaba María.

Me daba pena hablar con ella después de lo sucedido.

Se había portado tan bien conmigo.

En la oficina sola, Santiago aun no regresaba de su salida. Entonces se me ocurrió una idea.

Rehacer todo el trabajo así me quitaría esta culpa que me comía por dentro. Comencé escribiendo. Después tendría tiempo para terminar mis trabajos pendientes.

Tocaron la puerta.

–Adelante.- dije.

Era Maria.

–Ahora mismo te iba a buscar dije.- Maria estaba preciosa con su traje pegado.

Pensé en los momentos donde la elegancia me definía. En los trajes de gala y en los tacones.

Una Lara que ya no volvería.

–Estaba buscando a Santiago. Pero ya que te consigo a ti, seria mejor hablar.- me dijo.

Le explique todo lo que pasaba entre Santiago y yo, desde el día que nos conocimos, hasta casi vivir juntos, estudiar juntos y trabajar juntos.

Maria me miraba impresionada al contarle todas las coincidencias. Ella de seguro creía que todo esto era un chiste.

–Entonces déjame entender algo... ustedes se "odian".- dijo entre comillas.

–No es como que "nos odiamos" es en serio que NOS ODIAMOS. Pero tratamos de llevarlo poco a poco. Sabes... vivir con eso.- Maria se empezó a reír.

–Siento que me estoy dando cuenta de algo que tal vez ustedes no se han dado cuenta.- dijo Maria.

La mire extrañada.

A que se refería?

–Ustedes no... se gustan ni nada parecido?.- Quería reírme a la pregunta de Maria.

GUSTARNOS?

Solté una carcajada que se podía escuchar hasta en la luna.

–NI EN UN MILLÓN DE AÑOS.- Seguí riendo hasta calmarme.

–Por dios no, de donde sacas esa locura?

–Tantas peleas y piedras en el camino tienen que ser por algo Lara. Pero bueno, eso no es asunto mío. Ahora te explicare lo siguiente. Santiago por lo que me contó, esta pasando por un mal momento económico.- Quería que la tierra me tragara, me sentía aun peor.

Maria me explico todo.

–Ahora me siento aun peor, que tonta soy.- me puse las manos en la cara.

–Lara, tranquila. Todo no es culpa tuya sabes. A veces solo las cosas suceden y ya... y pienso que todo tiene una razón.-

Una razón?

LA ÚNICA RAZÓN QUE LE CONSEGUÍA A ESTO ERA SENTIRME AUN PEOR.

Cambiamos el tema y le dije a Maria sobre la invitación a tomar café. Acepto feliz y emocionada.

Solo le pedí que no comentara nada en el café sobre lo sucedido con Santiago.

Anastasia no se podía enterar.

Ya me sentía terrible y lo estaba pasando mal con esto.

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora