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—Capítulo narrado por Amy—

NO.

Ni piensen que voy a dejarlo ir sólo por un mendigo malentendido ¿Saben lo difícil que fue estar dónde estamos? Me saqué canas de todos los colores del arcoíris cuando estuve planeando como acercarme a él, pasé muchas vergüenzas junto a mis amigos a los que arrastré junto a mí, porque ni loca iba a hacerlo sin apoyo, me digné a hablarle y en la primera ocasión recibí un portazo en la cara que casi rompe mi nariz, ¿Para que al final todo se vaya al garete? ¡Oh, eso sí que no!

Lo único que estaba esperando era el momento adecuado para decirle lo que siento porque conociendo a ese emo seguramente me iba a decir algo ya cuando fuera una ancestra de 90 años.

Ni loca voy a perder a mi futuro esposo que todavía no sabe qué lo va a ser.

Así que, aquí me tienen, corriendo los ríos, los valles por irlo a encontrar.

Bueno, no tanto así, estaba corriendo por las calles hasta dar con su departamento, agradecía a los dioses del olimpo por dejar que este erizo azabache tan sexy viviera relativamente cerca de la Universidad, de otro modo, ya estuviera llegando toda sudorosa, oliendo a rayos y con una cara de muerta que definitivamente no iba a ser que cayera perdidamente a mis brazos.

Cuando por fin llegué al edificio, pregunté en recepción por él, me alegró de sobremanera oír que este hombre si estaba en su recinto, le sonreí al amable señor que fue tan tierno al regalarme un dulce de los que tenía ahí luego de ver que no dejaba de devorármelos con la mirada penetrante que tenía.

—Ahora si me disculpa debo ir por mi Rapunzel—

El señor escupió el agua y soltó tremenda carcajada al oír eso, si no me alejaba iba a tener saliva de anciano en mi rostro y no creo que eso ayude a que me diga que soy suya.

—Mucha suerte Señorita, puedo ver que es un encanto, vaya por su historia de amor—

Vaya, si se metió en el papel.

—Eso haré, gracias—

Fue así como corrí hacía el elevador, casi chocó con una señora que me gritó maldiciones, cuando llegué a su piso, no bajé la velocidad, yo iba a luchar por mis sentimientos, yo iba a hacer realidad esto, no le dejé este trabajo a él y no tiene nada de malo, porque yo soy capaz de sacrificarlo todo por mi propia felicidad y aceptar el resultado con la frente en alto.

—¡SHADOW!—

El nombrado se espantó al ver que la puerta azotó de repente dejando ver a una hermosa chica sudorosa de pelaje rosa ahí parada, una gota anime resbaló por su cien y alzó una ceja, pues se encontraba en la cocina revolviendo su café tan sexymente con su cuchara.

—¿Rose? ¿Cómo diablos sabes dónde vivo?—

—¡Eso no es importante!—Cerré la puerta tras de mi e hice lo que tanto había querido hacer desde el primer momento en que conseguí tenerlo cerca de mí.

—Hey, espera, ¿Qué ha-

Caímos sobre la alfombra, le di un profundo besó estando encima y mi corazón se aceleró al ver que me estaba correspondiendo al mismo tiempo que me abrazaba de la cintura.

Lastimosamente, tuvimos que separarnos, yo le sonreí enormemente y el no pudo evitar retener una risa con esa gruesa voz que tanto me volvía loca.

—Eres una tonta—

—Cállate y bésame de nuevo—

Clases de amabilidad [SHADAMY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora