Nicholas Callahgan.
Sin que Nicholas pudiera reaccionar, los dos cuerpos se abalanzaron sobre él, no importaba que fueran dos, era más rápido y fuerte.
Logró estamparle una patada en el estómago a uno de ellos, haciendo que chocara fuertemente contra la pared de la sala, cuarteándose un poco. Dio un codazo en el rostro del otro, dejando que escapara un gruñido de dolor, los tomó a ambos del cuello, pegándolos a la pared, mientras los alzaba y miraba fijamente.
—Ustedes dos son unos idiotas. —Bufó Nick mientras los dejaba caer, los idénticos demonios empezaron a reír, mientras sobaban las partes del cuerpo donde recibieron los golpes del adversario.
—Lo sabemos —Respondió uno de ellos.
Jayden y Kayden. Gemelos. Los iniciados. Así se les llamaban a los nuevos demonios que se acababan de convertir. Todos los iniciados debían de tener un mentor, aquel que los guiaba por el camino del bien, que calmaban sus impulsos, evitando que se convirtieran en oscuros, su mentor era Nicholas. Habían pasado unos 5 o 6 años de su conversión, sin embargo, ellos siempre recurrían al chico, al chico no le gustaba, pues eran un dolor de cabeza, pero con el tiempo, se fueron convirtiendo en sus amigos, aunque aún le costaba tolerar sus estúpidas bromas.
—¿Qué hacen aquí? Creí que mi trabajo con ustedes había terminado.
—Sí, bueno, supongamos que te extrañamos y decidimos pasar el verano en tu casa, como la hermosa familia que somos. —Dijo Jayden en tono sarcástico, con una sonrisa en su rostro...¿O era Kayden? Aún no sabía identificar a uno del otro y eso lo volvía loco.
-—Hemos decidido unirnos a los guerreros, así que necesitamos que alguien nos entrene y queremos que tú lo hagas. ¡Nos has dado una paliza a ambos! —Exclamó el otro.
Nicholas dejó escapar un pesado suspiro, mientras pasaba los dedos por su cabello. Los guerreros eran un grupo de demonios que peleaban por el bienestar del reino, contra los oscuros (demonios descarriados) y los ángeles.
—Te necesitamos, sabes que es nuestra gran oportunidad, sabemos pelear, pero necesitamos mas que eso, controlar nuestros poderes.
El ojo azul dejó escapar una risa irónica.
—¿Quieren saber cómo controlar sus poderes? Definitivamente están con la persona equivocada. —Hizo una pausa para luego continuar. —Ni si quiera yo controlo los míos, no sé cuando puede aparecer uno nuevo, ustedes traen todo el paquete completo, yo tengo que esperar a que cada uno de los poderes salga a flote. Soy diferente, tengo poderes que ustedes no y eso no me hace más, porque no puedo si quiera transformarme como ustedes, carezco de alas. Soy totalmente defectuoso. —Manifestó con un atisbo de frustración.
Ambos gemelos se miraron el uno al otro, y luego posaron sus ojos en Nicholas.
—Estamos al tanto de lo que te sucede y lo sentimos. Pero Nick, a pesar de tus tantos fallos, tus estrategias de combate son increíbles. ¿Qué mejor entrenador que el futuro rey del infierno?
Nicholas frunció el ceño, le disgustaba que le recordaran que sería el heredero al trono del infiero, Lucifer, de entre tantos demonios a su disposición, lo había elegido, acogido bajo su manto como un hijo. Y lo agradecía, sin su padre, él estaría perdido.
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OSCURA PROMESA
Mystery / Thriller«Hay ocasiones que el peso de una promesa, puede terminar con tu propia existencia.» Las almas viven muchas vidas, el cuerpo, solo una. Al menos, es lo que pensaba Nicholas Callahgan, futuro príncipe del infierno. Tras haber pasado siglos buscando...