NOTA: Este pequeño escrito lo escribí el año pasado, pero por razones personales lo regrese a borradores y finalmente termine borrando mi anterior cuenta. La razón por la que lo vuelvo a publicar ahora, es porque decidí confiar mas en mí. Es básicamente un ejercicio de confianza.
La historia de Martín y Erick es muy compleja, y aún la estoy escribiendo en otro libro que lleva mucho tiempo en borradores, pero es como una historia secundaria, razón por la que no esta muy desarrollada, pero debo decir que me encanta y es una de las historias que mas amo.
Y no, ese libro no lo publicaré por esta cuenta, y tal vez no lo publique en wattpad. En si es una novela juvenil que me tiene entre la espada y la pared, muy compleja y realmente prefiero reescribirla. Así que tal vez haga un libro aparte de la vida de Martín y Erick.
Si eso sucede, avisaré.
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Personajes: Erick y Martín
¿De donde?: De donde quieras
¿Reales?- No
Tema: amor prohibido
Nivel: 6
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¿Empezamos?
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(Decide)
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/Ya no hay vuelta atrás/
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/Disfruta/
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El cielo estaba nublado y nuestros personajes estaban corriendo para poder llegar rápidamente a casa. "¿Qué problema tienen las personas con un poco de lluvia?", pensó Erick.Martín se retiraba su espeso cabello negro del rostro para poder ver mejor, pero aún así la lluvia le caía duramente evitando que viera bien donde estaba. Parecía caminar sin rumbo, hasta que pudo reconocer las calles. Ya no había casi nadie cerca, eso facilitó que ambos se movieran rápidamente a su destino; por desgracia, la lluvia había empezado más fuerte y ambos terminaron muy mojados.
Apenas llegaron a la puerta, Erick tropezó y cayó encima de su hermano, recordó una escena similar que antes ya había sucedido... y en el mismo lugar. Comenzó a reír al darse cuenta de que Martín soltó un pequeño gemido, la mano de Erick había rozado con su entrepierna, haciendo que Martín terminará ligeramente estimulado.— No me provoques... — Dijo Martín un poco molesto, a pesar de que le gustaba recibir provocaciones por parte de su hermanastro, sabía que eso no era correcto y que en el momento en que se enteraran de todo lo que han estado haciendo, tal vez lo manden a un psiquiátrico. Martín era mayor que Erick por tres años, él tenía 24 mientras que su hermanito, seguía estudiando en el instituto.
Erick era un chico hermoso, si preguntamos la opinión de todos a su alrededor. Era rubio y con los labios rosados y gorditos, de estatura mediana pero perfecta para un chico. Era delgado, pero su cuerpo estaba bien trabajado, pues se dedicaba mucho tiempo a hacer deporte. Era el más llamativo de su grupo de amigos y siempre estaba en los primeros puestos, amado por todos, porque era muy bondadoso y siempre mostraba una sonrisa. Él era diferente, no le gustaba que siempre lo estuvieran elogiando por todo. Él quería que la gente le dijera que siga así y que podía mejorar, no quería que le repitieran que era perfecto, porque él sabía que no lo era.Erick no tenía pareja, aunque era cortejado por varias personas, tanto hombres como mujeres, pero nada de eso le interesaba.
No le interesaba, porque el único hombre que le gustaba era su hermanastro.
— Mati, ¿podemos pedir pizza para cenar?— se acerca a Martín y le jala suavemente del brazo para acercarlo un poco más.—'porfa'.— Está bien. — "Igual mamá y papá no llegarán hasta mañana en la tarde" pensó.
— Martín...—Erick se acercaba peligrosamente hacia su hermanastro, él al darse cuenta de su intención, intentó alejarse, pero ya era muy tarde.
Su hermanito ya se había acercado lo suficiente para poder atrapar sus labios en un tierno pero a la vez lascivo beso que poco a poco se fue intensificando más. Sus manos rodearon la cintura del menor, y éste fue cruzando sus brazos a través del cuello del mayor para así poder acercarse más a él.
Martin, lentamente fue bajando las manos y en un rápido movimiento lo levantó del piso para llevarlo cargando hacia el sofá-cama que se encontraba cerca de ellos. Dio dos pasos más y tiró a Erick al sofá-cama, para después subir sobre él y volver a tomar sus labios con una pasión descontrolada. Erick introducía lentamente su lengua a la cavidad bucal de su hermano, jugaba con la de él, se separaba un poco y repetía el mismo proceso. Martín, masajeaba la cintura de éste, lo acercaba más y lamía sus labios. Ambos se separaron haciendo que un hilo de saliva aún los uniera. No pudieron evitar los gemidos, poco a poco la sed de la pasión prohibida empezó a crecer en ellos, el deseo de poder tomarse y ser uno, pero... ¿eso estaba bien? Son hermanos, claro que no de sangre pero si de apellido.
Al parecer eso ya no importaba, ellos se amaban, no sanamente pero lo hacían.
A Erick le gustaban los besos tan intensos de su hermano, que poco a poco se hacían más suaves y delicados pero sin perder esa sensación de calor que los reconfortaba.
A Martín le gustaba guiar los besos, le gustaba que su hermanito sea tan sumiso, le gustaba que cada vez que lo tocaba esté caía rendido a sus pies, pero sabía que no debía aprovecharse de ello, porque eso lo llevaría a su propia destrucción. Su familia lo odiaría por eso, si no era suficiente con que dejara la casa entonces, enterarse de que se estaba cogiendo a su propio hermano en su ex-casa sería un golpe que los destruiría por completo. Pero admitía que eso ya no le importaba, cuando Erick cumpliera la mayoría de edad se irían lejos, donde nadie pudiera encontrarlos ni juzgarlos.
Martín fue sacándole la ropa a su hermanito dejando besos por todo su cuerpo que poco a poco estaba más descubierto. Comenzó por el cuello, lamiendo y dejando marcas rojizas hasta la clavícula, con una mano comenzó a estimular sus pezones, luego los lamía y seguía jugando con ellos. Mientras, Erick soltaba pequeños gemidos que lo estremecía cada vez más, haciendo que este le termine mordiendo sin delicadeza. Poco a poco él también fue sacándose la ropa, quedando igual de expuesto que su menor y en un rápido e inesperado movimiento lo volteo. Empezando a morder su espalda, masajear su cadera e ir bajando sus besos hasta abrir a su menor quien se encontraba gimiendo en descontrol al sentir los besos y la lengua cálida de su hermano por toda su parte baja. Fue el menor quien alzó su cadera para darle un mejor acceso a este, quien aprovechó en lamer dos dedos e ir introduciéndolos en su pequeño.Apenas introdujo un dedo y sintió que la erección del menor despertó así que la tomó con su mano libre e hizo un vaivén y apretó suavemente el glande, haciendo que este se agache con la cara roja suplicando por seguir con aquel contacto que le encantaba y lo hacía gemir en descontrol, pero no cualquiera logra que Erick se sintiera en el mismo paraíso, solo su hermano.
Introdujo dos dígitos más, empezando a sacar y meter los dedos hasta que sintió que este ya estaba dilatado. Los saco en un nada delicado movimiento, para luego dejar varios besos húmedos por sus glúteos y su misma entrada. Lamiendo e introduciendo su lengua.
Sintió su erección doler y con ganas de que la entrada del menor se contrajera con él dentro. Sentir correrse dentro de su hermano era lo mejor porque a la vez este lo disfrutaba y se lo hacía saber porque siempre pedía más.Martín agarró su erección y poco a poco la fue introduciendo en la entrada de su menor quien ahogó un gemido al sentir como esta era introducida en su interior. Comenzó a babear al sentirlo por la mitad y él mismo se lo introdujo de una estocada.
— Ah~aaa... Martín~ más rápido por-por favor. — Cada vez su voz se iba perdiendo en el deseo impuro de ser tomado por su hermano, quien no dudó ningún segundo en cumplir su petición.Ya se encontraba en un vaivén que hacía que el menor soltara gemidos en descontrol. Erick seguía meciéndose, chocando su trasero con el pelvis de este, provocando ese típico sonido. Gemidos y más gemidos, poco a poco las lágrimas fueron saliendo, lágrimas por que eso era lo más delicioso que podían hacer sin sus padres cerca, ¿prohibido? Esa palabra es sinónimo de diversión y goce.
Martín lo agarró de la cintura y lo levantó para pegarlo más a él y empezó a besar su hombro derecho dejando una marca rojiza e ir subiendo por el cuello para besar luego su mentón y ahí agarrarlo fuertemente de la quijada y morder — ¿te gusta que te haga mío?—Dijo con una voz más ronca de lo normal, eso excitó el doble a Erick quien afirmó con la cabeza ya que no podía hablar, él seguía babeando por lo excitado que se encontraba —Dios, estás tan apretado... Me encantas hermanito. — Las estocadas aumentaron, al igual que los gemidos. Ambos sintieron que se iban a correr, compartiendo otro lascivo beso francés. —Te haría mío todas las noches, mi sucio.
— S-si~ m-más~ por fa-vor~. — Se encontraba atontado por las fuertes estocadas que su mayor le daba, admitía que al principio de todo esto tenía miedo, pero era algo que quería experimentar. "Sólo una vez" había pensado, pero se volvió adicto a eso que busco más y más pero no lo encontró, nadie le podía hacer sentir tan bien como su hermano. Ya había probado del dulce pecado y no lo dejaría...Busco a alguien que pudiera satisfacer sus deseos más pervertidos, pero el único que lo logró fue su hermano.
Martín inclinó a su menor para por fin terminar con esto y se sintió correr en su interior, pero eso no lo detuvo y continuó.No pasó mucho hasta que el menor también corrió apretando el pene del mayor quien cayó rendido en la espalda de su menor y aprovechó en masturbarlo escuchando sus gemidos ser más suaves y ya no descontrolados como antes.
Se acomodaron frente a frente para darse un casto beso y luego tirarse en la cama y quedarse abrazados por un largo rato, o eso pensaban hacer.Sus miradas se cruzaron y comenzaron a reír. Martín acarició la cabeza de Erick, dejando pequeños besos en su rostro. Se escuchó un sonido proveniente de afuera que daba por entendido que un coche acababa de estacionarse, los dos se exaltaron el doble al escuchar la voz de su madre quien estaba abriendo la puerta. Martín se apresuró en vestirse y bajar rápido al primer piso para recibir a sus padres y Erick hizo lo mismo, pero ya era tarde. Apenas Erick se puso su camisa y Martín su pantalón, cuando su padre estaba abriendo la puerta de su habitación, quedando sorprendido al ver a sus dos hijos semi desnudos, sin dudarlo cerró la puerta de golpe y salió del cuarto. Una reacción que ninguno de los dos hermanos se hubieran imaginado. ¿Qué estaba pasando?
Kliro ☯️
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Just by my side [Martín y EricK]
RomanceCondenados a actuar como hermanos gracias a la relación sentimental que poseen sus padres, ambos hermanos ocultan un pequeño secreto, uno que podría separarlos por el reto de sus vidas.