La luz en sus ojos no podría ser comparada con nada más que con el sol, ese astro gigante que ilumina el cielo y proporciona calor a los habitantes de la tierra. Aquel que enciende los corazones y las esperanzas, justo como sus ojos.
Sus bellos ojos, que desearía me dieran los buenos días por el resto de mi vida, llenando mi ser con esa exquisita vitamina D, incluso si terminara tiñendo mi piel de su característico color. Porque aunque sus ojos son del color del cielo, cada vez que se posan en mí y prestan atención a esta insípida sombra que soy, desvanecen por completo mi oscuridad. Mientras recorren toda la extensión de mi ser, queman por completo mi interior, mis mejillas irradian su calor descaradamente, coloreándose de rojo, y finalmente comienzo a ver en color.
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Descríbeme amor.
RomanceLa facilidad con la que mi diminuto cerebro crea incontables ilusiones sobre personas reales es aterradora. ADVERTENCIA Esta historia puede contener lenguaje meloso, mucha cursilería para mi gusto y diabetes. No me hago responsable de los efectos...