Mis sentidos están alertas.
Sé que estoy despierta, pero no puedo abrir los ojos.
Mi nariz inhala un extraño olor.
¡Es cierto!
¡Estoy a las orillas de un volcán!
Abro mis ojos asustada y con mi corazón latiendo.
Elevo mi torso, apoyando mis manos en el suelo.
— Ya despertaste — Mikkel está en frente de mí con una expresión de curiosidad.
Que curioso, olvidaba como era su voz.
— ¿Cuánto tiempo estuve dormida? — Pregunto somnolienta.
— Casi cuatro horas, el sol está cayendo. En general a la mayoría no les toma más de dos horas hablar con Hela.
— Ocurrieron algunas cosas — Trato de desviar el tema.
— ¿Qué hay con ellos?, ¿Despertarán? —Señala detrás de mí.
Giro al recordar que vine junto a Jansen y Ejulf. El tono de su piel, es la misma como la recordaba, a pesar de que ambos ya están muertos desde hace varias horas.
— No lo harán — Miro fijamente a Mikkel — Ellos no volverán.
Me pongo de pie y observo el cielo despejarse y tornarse anaranjado.
Mikkel observa los cuerpos hasta entender a lo que me refería.
— No te juzgaré si lo haces — Tomo la palabra — Puedes arrojarlos al volcán si quieres, yo no diré ni una sola palabra. A partir de hoy dejaré de ser un mercenaria.
— ¿Sabes las grandes consecuencias que te esperan si decides abandonar? — No parece reaccionar ante la idea de deshacerse de los cadáveres — Sabes mucho, eres la primera que ha vuelto y que decide desertar. Los Mercenarios de Hel te seguirán, irán detrás de tí y te matarán.
— De ser así, le daré una paliza nuevamente a Hela — Guiño mi ojo y camino para retomar el sendero por donde vine.
Realizo un chasquido y libero una pequeña llama.
Confundido, Mikkel me observa alejarme sin entender lo que pasa y no parece tener el suficiente coraje como para preguntar.
Camino con la cabeza más despejada. Aún tengo mucho peso en mis espaldas, extraño mi ballesta, me siento un tanto vacío sin ella.
Inesperadamente, tengo la imagen de mi beso con Vördr.
Sonrió bobamente como una niña al recordarlo.
— Así fue mi primer beso — Toco mis labios con la punta de mis dedos.
Siguiendo el rumbo, veo algunos árboles que me indican que voy por el camino correcto.
¿Qué debo hacer ahora?
Me detengo y tomo un respiro para reflexionar.
Aprovecho de observar la empinada bajada del volcán Hodeskalle.
Cierro los ojos y agudizo todos mis sentidos.
Ya todos esos pensamientos negativos que desaté en Helheim se han esfumado, me siento más tranquila y más calmada conmigo misma. Tal vez el obsesivo deseo de demostrarme que era digna de representar a mi pueblo me hizo cambiar, tuve muchos sentimientos reprimidos que me hizo yal vez tomar una decisión errónea como fue enlistarme en los Mercenarios.
Pero aún así, no cambiaría esta experiencia por nada.
Estoy así por unos segundos hasta encontrar la respuesta.
— Buscaré mi propia felicidad, regresaré a casa, reclamaré mi derecho como Northuldrans, algún día seré la cabeza de nuestra tribu, ahora no tendrán excusas. Ya no soy la niña sin nada especial, ahora puedo controlar dos elementos; Me estrené con los mercenarios más temidos del continente; Viajé al infierno y regresé; Pero por sobre todo puse de rodillas a la Diosa Hela.
Tengo el mérito de sobra.
Pero hay algo más que me gustaría hacer, ahora que pude ver Helheim y Nastrand con mis propios ojos, tal vez pueda advertir a los demás sobre lo que hay allí, que puedan enmendar sus caminos, tal vez no pueda hacer nada para evitar sus muertes, pero por lo menos sabrán lo que les espera.
— Ya no necesitaré de esto.
Sin pensarlo, deje caer mi equipaje al suelo.
Ahora me siento más cómoda, mi espalda se siente más liviana.
De pronto, una idea boba viene a mí
Concentro el hielo en mis manos.
Arrojo un rayo azul por la bajada inclinada.
— Quiero intentarlo.
Pongo un pie en el hielo y dejo como mi cuerpo se desliza.
Estoy tomando una gran velocidad a medida que desciendo.
— ¡Woohoooo!.
Jamás me había sentido tan libre en años.
A partir de hoy disfrutaré más mi vida.
Ya no tengo que demostrarle nada a nadie, no dejaré que sus palabras influyan en mí. Ya he sufrido bastante por todos ellos.
Regresaré al Bosque Encantando y dejaré que mis anécdotas hablen por sí solas.
Estoy segura de que Papá y Mamá estarán felíz de verme de nuevo.
¡Ya quiero mostrarles mis nuevos poderes!
Quiero hacer muchas cosas con Mamá, quisiera crear mi propio castillo de hielo como la que ella solía tener.
Sé también que Papá me enseñará algún movimiento, o tal vez a crear flechas de fuego.
Pero antes tendré que comprar una ballesta nueva, ¡Tal vez pueda encontrarla en Arendelle!, ¡Podría visitar a mis tíos también!
¡Estoy tan emocionada de regresar!
Sin darme cuenta, llegué a los pies del volcán, eso fue bastante rápido.
— Ahora me queda un largo camino de regreso, posiblemente pida alojamiento en Agder, estoy segura que me recibirán con los brazos abiertos.
Observo el cielo como lentamente el color anaranjado se vuelve más oscuro.
— Ya es hora de caminar, espero llegar a casa antes de que Los Mercenarios de Hel me encuentren.
No puedo evitar reír por mis extraños pensamientos.
En el fondo, sigo siendo una niña.
ESTÁS LEYENDO
💀 Vιαʝҽ αʅ Iɳϝɾαɱυɳԃσ 💀
PertualanganIduna, hija de Elsa y de (Y/N) decidió marcharse a los 18 años del Bosque Encantando la cual ella llamaba como su hogar. Ya han pasado 3 años desde aquel entonces y ahora deberá viajar al Inframundo para unirse a la antigua organización llamada Los...