14. Se Acaba El Tiempo

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Capítulo 14

M A T I S S E

Tres días han pasado desde ese extraño día en el bosque, en el bosque que nunca pensé que fuera tan hermoso - y grande-, tampoco pensé encontrarme con un lobo, y que el lobo terminará siendo un chico, que sin conocerme, me intentó ayudar. Y creo que en verdad lo hizo, porque ese mismo día decidí que si aceptaré su mano amiga, si me convertiré en uno de ellos.

La verdad la idea me aterra, quizás porque nunca me imaginé hacerlo. También me aterra por la simple razón que observé con mis propios ojos como se convertía en un lobo. No fue exactamente Nate, pero la demostración del otro chico fue más que suficiente. Sin embargo, a pesar de todo el terror que tengo, si lo haré. Y está si es mi decisión, es la primera decisión que tomo por mi cuenta.

¡Que jodan al maldito destino!

El tan nombrado destino me ha puesto en esta situación, y es una situación horrible. Por el simple hecho que tengo una presencia maligna dentro de mí, y que - aún - no sé a quién le pertenece. Y necesito, anhelo, descubrir que hay detrás de todo esto, detrás de la profecía, detrás de la magia, detrás de todo. Y lo haré, lo descubiré, cueste lo que cueste.

En total, me quedan cinco días antes del ritual - que por cierto no tengo nada de ánimos de hacer-, cinco pequeños días que se pasarán volando, y me aterra, porque cada segundo, minuto que pasa, me acerca más al momento.

¿Y después qué? ¿Qué hay después de eso? ¿Oscuridad?

Solo lo voy a descubrir en el momento que lo haga... y eso será exactamente en cuatro días, con 14 horas.

Mis pensamientos se ven interrumpidos por los golpes de la puerta de mi habitación, me levanto con un gran suspiro y empiezo a caminar ala antes mencionada. Pero cada vez que estoy más cerca de llegar, una extraña sensación me recorre el cuerpo completo, y una sentimiento de nerviosismo me llena.

Se exactamente a quien me encontraré tras esa puerta.

Dejando salir un gran suspiro, la abro, y efectivamente, no me equivoqué de la persona que supuse - y que acerté- que se encontraría ahí.

-Hola - saludo tímida.

Él me mira con ojos entre cerrados, me mira como si estuviera bromeando, y quizás esta en un poco enfadado, y creo que también sé la razón sobre ello.

-¿Hola? - pregunta mientras se adentra ala habitación-. ¿Eso es todo lo que tienes que decirme?

Bien, quizás actúe de manera inmadura, pero vamos...¿Qué más iba a hacer?

-Lo siento, ¿si? - respondo con el corazón acelerado-. Necesitaba tiempo.

Bufa y clava su mirada directo en la mía.

-Necesitabas tiempo - repite-. ¿Algo más?

Hay no, ya se lo que viene, es más... se hasta que ojos hará al decirlo.

-Relajate Allen, en verdad quería estar sola y pensar, estos días han sido - suspiro-, difíciles. No sabes cuanto me he repetido si en verdad estaré haciendo lo correcto.

Él me mira con dagas en sus ojos.

-Esta bien, y entiendo - aclara-. Pero quizás, solo quizás...  no, mejor olvidalo.

Niego pasándome una mano por el codo nerviosa.

-Dimelo - pido.

Él suspira y toma asiento en mi cama, yo me quedo de pie, la verdad es que quiero estar alejada lo más posible de él en estos momentos.

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