Acto 1

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Noche de luna llena que nos acompaña con la derrota y el amargo deseo de tristeza atascado en la garganta, permaneces en el suelo por el dolor inmenso de tu piel y huesos.

Toma un momento para descansar de todos los prejuicios y palabras que han dicho.

Respira y llena tus pulmones con el aire suficiente.

El siguiente round es contra ti mismo.

Llevada como un animal fuera de donde una vez estuvo tu hogar, huesos rotos y sangre seca en el la ropa, palabras que no dejan de soñar cuestionando tu dignidad y tu valor como persona. Muerdes tus labios por el coraje acumulado, esto no ha terminado.

Fuera el cielo se mantiene despejado mientras miras la luna llena recostada en el suelo, extiendes tu mano con inmenso dolor y sientes más rencor que antes. Tu cuerpo esta hirviendo por el dolor pulsante y la humillación.

Cada cicatriz se vuelve un motivo más, una venganza más.

Alimento del ego perdido.

Cierras los ojos rendida por el miedo y los insultos.

"Todo siempre estará mejor el día de mañana, yo se que lo será. Siempre es así, la verdad que el sol me iluminará para curar mi dolor."

Presionas el puño mientras crees en tus propias palabras, dejas descansar tu mano sobre tu pecho.

Ahora no sabes en que lugar estas, pero el ambiente frío hace que tu cuerpo deje de doler y caes en un profundo sueño desconociendo del dolor y sus penurias.

El sueño se extiende más de lo que crees, lo que han sido sólo un par de horas para ti han sido días enteros en los que tu espíritu se ha curado lentamente y tu situación mejora enormemente.

Despiertas sin saber la hora y el día.

Miras alrededor.

La nieve sobre la que estás recostado esta enrojecida por la sangre, luces sucia y con una apariencia fatal. Tratas de moverte pero es un inútil intento, caes de inmediato, no tienes la fuerza suficiente en tus piernas para continuar con aquello que deseas hacer.

Ahogas tus gritos en quejidos mudos, te apoyas sobre tus manos y rodillas para intentar levantarte lentamente, pero duele demasiado para hacer algún otro movimiento. La caída te ha dejado peor y ha recordado tu situación física.

El rencor no te sirve de nada en estos momentos.

Miras hacia adelante.

La nieve cubre todo el camino, no hay señales de vida cercana. Te han dejado en ese lugar para una muerte, sin darse cuenta que aún estabas viva. Tu estado es deplorable, tienes heridas por todo el cuerpo, moretones y sangre seca sobre cicatrices que volvieron a abrirse por tu reciente caída. No puedes hacer; abandonada a la suerte.

¿Qué haces?

"Esos mierdas no me van a ver derrotada, no de esta manera y no en ese momento, no así."

Las lágrimas se desbordan de tus ojos por el coraje, estas tragando tu propio dolor y te levantas tan lento del suelo. Sostienes los trozos de tu ropa con tu mano izquierda y como si fuera un apoyo tu mano derecha sobre tu abdomen que esta ardiendo con las heridas abiertas.

Tu caminata es lenta, pero determinada.

Resulta fácil caminar entre la nieve, el frío te ayuda a no sentir el verdadero dolor que estas sufriendo.

No quieres morir de esa manera, abandonada y sin antes darles una lección a los que te hicieron esto. Sabes quienes fueron y sus motivos reales para haberlo hecho, pero eso no te importa.

Respiras agitadamente. Llevas un rato caminando sin un rumbo fijo, tus pocas energías ya están comenzando a agotarse, la visión se pone cada vez más borrosa y cuesta respirar el aire congelado que parece calentar por completo tus pulmones. Pero eso no te detiene aún, sigues caminando con el poco coraje que te queda y con la mente nublada en busca de un lugar caliente.

Tus instintos han tomado el control de tu cuerpo por completo, dejas de darte cuenta que sigues caminando y deseas descansar en la nieve. Tus pasos son cada vez más lentos, la hipotermia se hace presente, tus labios se tornan azules y no sientes tus pies...Pero no te has detenido.

Tu caminata da frutos.

Una casa a la distancia, la primera después de mucho tiempo.

Has llegado a un lugar que parece seguro, caminas hasta la puerta y tocas la puerta. Pasos parecen sonar a la distancia o es una alucinación, eso no lo sabes, pero permaneces de pie delante de la puerta con una pequeña esperanza.

Alguien abre la puerta.

Un chico joven te mira, se horroriza por tu aspecto y tu mirada perdida.

-¿Estas bien?-

La pregunta obvia que te dice, te desplomas delante de él.

Lo siguiente fue confuso se mezcla entre sueños y la realidad.

Aparentemente el chico joven te ha tomado en brazos antes de caer por completo al suelo, escuchas gritos desesperados y todo se vuelve negro, has perdido la consciencia.

Una sensación de calor, sonidos de ruedas, sirenas, personas hablando y pesadez en tu cuerpo.

Te han llevado al hospital en una ambulancia, el chico joven te ha ayudado.

Te han internado de emergencia.

-Es un milagro que siga viva.-

Dijo un médico al verte por completo.

Tu diagnóstico; tienes algunas costillas rotas, hematomas en todo el cuerpo, dos cortes poco profundos (uno en el u pego y otro en el abdomen), la hipotermia y el brazo izquierdo roto.

Te han internado en el hospital para tu tratamiento, el chico ha prestado declaraciones a la policía sobre como te encontró/llegaste a él, es todo un milagro que aún estés viva.

Aun no has despertado.

Te han atendido.

Estas llena de vendas, te han operado y has perdido la movilidad.

Han pasado días desde que estas en el hospital inconsciente.

El chico joven ha tomado cierta responsabilidad sobre ti, permanece a tu lado para preguntar que ha sucedido contigo y resolver algunas dudas.

Despiertas.

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⏰ Última actualización: Sep 01, 2020 ⏰

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Tormenta en la piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora