O41 | IF YOU LOVE HIM LET IT GO IV

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Chris Evans

Me observé en el reflejo del espejo, formando una media sonrisa en mis labios. Hoy era el día. Hoy era el día de nuestra boda. Que si estaba feliz? Si, pero no completa.

Siempre había soñado con el increíble día que sería el día de mi boda y, en todos mis sueños, jamás se había asimilado a esto. Chris me amaba, como una amiga, y ahora dudaba hasta de eso. Yo era la enamorada, no él, y estaba siendo muy egoísta al atarlo a mi. Pero lastimosamente no podía arriesgar mi futuro.

-te ves hermosa- dijo Scarlett, ingresando a la habitación donde disfrutaba de mi soledad. Se acercó por detrás, mientras yo observaba sus movimientos a través del reflejo. Sus ojos me escaneaban de arriba a abajo -...pero no feliz-

-estoy feliz, Scar- contradije, intentando convencerme a mí misma. Suspiré una última vez antes de alejarme de la rubia y encaminarme a un aparador que poseía las joyas que utilizaría.

-y que tal él?- preguntó, observando por la ventana de la habitación. Me acerqué a ella y observé a través de la ventana también. Mis ojos se encontraron con la figura de Chris, parecía molesto y angustiado mientras denotaba su ira en una acalorada discusión con su padre. Sin duda este día no estaba siendo nada similar a como lo soñé. -él te ama, pero creo que no quiere esto...y tú tampoco-

-él no me ama- dije, tajante -o tal vez si, pero no de la manera que me gustaría- con un largo suspiro me di una última mirada frente al espejo, antes de encaminarme a la salida.

-Mey...- me llamó una última vez, antes de que mi cuerpo abandonase la habitación -esto no es bueno para ninguno de los dos. Y si lo amas tanto como dices...déjalo ir- aquellas palabras se clavaron en lo profundo de mi mente y alma.

Caminé sola los numerosos pasos que me separaban de la iglesia. Estaba sola, y tenia unas inmensas ganas de correr y refugiarme bajo la calidez de un buen abrazo, pero la dura realidad era que no tenia a nadie para abrazar, el único que siempre estaba ahí en estos momentos no quería dirigirme la palabra y estaba apunto de casarse conmigo.

Una parte de mí me pedía a gritos que le dejara el camino libre para estar con quien amase, que dejara de ser una maldita egoísta que solo pensaba en ella misma. Mientras que mi otra parte me recalcaba cada beneficio que me traería esta boda.

Estaba claro que me había enamorado de él. Quizá me había dado cuenta algo tarde, cuando su corazón ya le pertenecía a otra, pero eso no evitó que mi corazón se inflara con solo oír su voz.

Y por eso lo elegí sobre mi.

__

La iglesia estaba sumida en un enorme silencio, lo único que se oían eran las palabras que el cura recitaba con voz grave. Las cámaras me encandilaban con sus flashes, y las risas emocionadas de mi madre no se hicieron esperar.

Mi mirada se dirigió a Chris. Estaba serio, parecía derrotado, sus ojos no mostraban el mismo brillo que me habían enamorado. Porque precisamente éste no era el Chris del que me había enamorado. Aquel Chris no estaba interesado en más de cosas de una noche, jamás me habría mirado de la manera en que lo hizo; con rechazo y frialdad. Aquel Chris había sido remplazado por el Chris enamorado que ahora era.

No se giró a verme, no como cualquier prometido enamorado lo hubiese hecho. En cambio, sus ojos dieron una rápida mirada a nuestro alrededor, como si estuviese buscando una salida desesperadamente. Y con esa acción supe que cualquier oportunidad que hubiese tenido con él se había esfumado ante mis malos comportamientos.

Las palabras del padre me sacaron de mis pensamientos.

-quien quiera oponerse a esta unión, que hable ahora o calle para siempre- el silencio volvió a reinar. Nadie tuvo el valor de levantarse, nadie parecía querer interferir en nuestro falso matrimonio. Ante el paso de quince segundos el padre decidió continuar -muy bien, ya que nadie se opondrá pode...-

-yo me opongo!- las enormes puertas se abrieron en conjunto al grito femenino que llamó la atención de todos los presentes. Jessica estaba ahí. Su rostro lucía algo demacrado, como si hubiese estado llorando,

Todas las cabezas dieron un giro hacia la dirección del grito. Mi corazón dió un vuelco y giré a ver a Chris que tenía los ojos brillosos y alegres.

-quien eres tú?- indagó con furia la madre de Chris. La rubia la ignoró y se acercó a pasos rápidos hacia nosotros, parando sus pasos a unos centímetros de distancia.

-Chris...-

-Jessica...- murmuró, anonado al verla allí. Mi pecho dolió una vez más. -que estas haciendo aquí? Como sabes...-

-ella me llamó- respondió con rapidez, señalándome. Chris giró a verme con sorpresa, al igual que todos allí. Mis ojos se llenaron de lágrimas y sonreí a medias con dolor.

-q-que?- Evans no podía creerlo.

-debia hacerlo- dije -no podía alejarte de ella...se nota que la amas, y tu jamás me vas a amar de esa manera- la primer lágrima cayó. Todos quedaron sorprendidos ante mis palabras, Chris más que nada. No esperó mucho antes de acercarse a abrazarme con fuerza, besando mi cabello y susurrandome palabras de agradecimiento en mi oído.

Disfruté los últimos momentos entre sus brazos, escondiendo mi rostro en su pecho. Al separarnos, retiró las lágrimas que caían por mi rostro, acariciando suavemente la zona húmeda.

Nuestros padres nos observaban inquietos y sin poder creer lo que ocurría. Sabría que mi acción tendría consecuencias, pero sinceramente me importaba poco lo que pudiese ocurrirme, con solo ver su espléndida sonrisa sentía que todo estaba bien.

-muchas gracias, Mey. No puedo creer que hayas hecho esto por mi- sus manos estaban unidas y ambos me observan agradecidos.

-esta bien, era lo correcto. Cuando amas a alguien debes dejarlo ir- musite aquellas palabras que alguna vez le había dicho a la rubia frente a mi. Ambos sonrieron y se miraron, una mueca emocionada y alegre llenaba sus rostros. Y, entre risas divertidas y miradas cómplices decidieron abandonar la iglesia a pasos agigantados, ignorando los llamados desesperados de los padres de Chris.

Y yo observé su figura desaparecer por la puerta. Mis lágrimas aún caían y mi corazón estaba hecho trizas, pero estaba bien...todo estaba demasiado claro ahora.

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora