Capitulo 11

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Cuando llegamos a la escuela soy la primera en salir del auto sin despedirme y camino por los pasillos de la escuela dirigiéndome a mi casillero.

Cuando estoy a unos pasos de llegar veo una figura masculino recostada de brazos cruzados en mi casillero. Miro sus vans negras y sigo la mirada hasta sus vaqueros oscuros que le quedan perfectos, ni muy anchos ni muy ajustados, sigo por su camiseta negra que marca su pecho y fijo mi vista en la chaqueta gris que lleva puesta. Y por último su rostro.

Sus ojos tan lindos y diferentes están un poco ojerosos, como si llevará días sin dormir bien, además, hay cierto toque de tristeza en ellos. Sus labios están mojados y su cabello desordenado dándole un aire salvaje.

Me gustaría besarlo para que se sienta mejor.

Nayrelis contrólate.

Es la primera vez que lo veo desde el día de la lluvia, para mí buena suerte no me resfrié y para mi mala suerte me quedé con la duda de saber lo que era la apuesta.

Él se despega del casillero y termina de dar los pocos pasos que nos separan.

—Hola —saluda, creo que había olvidado lo sexy que es su voz.

—Ho-hola.

¿Para dónde se fue toda mi saliva?

Le causa gracia el hecho de que yo tartamudee porque me da una pequeña sonrisa.

—¿Estás bien? —Por lo menos logro preguntarlo sin trabarme.

—Estoy vivo que es lo que cuenta —eso no es una buena señal.

Yo iba a responderle pero entonces la campana que anuncia la entrada a clases suena. Maldita.

No quiero entrar a clases porque él se ve algo triste y me gustaría ayudarlo o por lo menos que hable conmigo aunque no sea de lo que le esta pasando. Por otro lado, tengo que entrar a clases porque: en primer lugar, es el único día de la semana que me toca esta asignatura y en segundo, es una de las pocas que comparto con Lisa y Ali.

Al parecer el nota mi pelea interna porque la interrumpe hablando.

—Ve a clases, si quieres te esperaré en receso y podemos hablar —¿hago o no lo hago?

Las chicas entenderían el porqué falte y yo puedo darle una excusa al profesor diciéndole que me sentía mal o no sé, además...

»Pequeña —me llama, admito que me gusta ese apodo y él hecho de que sea el quien me llama así lo hace más especial.

—¿Si?

—Ve a clases, hablaremos luego —se acerca y me da un beso en la mejilla para luego marcharse en dirección contraria a la mía. Se me está haciendo costumbre dejarme con la palabra en la boca.

Rápidamente busco todo lo que necesito en mi casillero y a paso apresurado camino al salón de historia. Cuando llego por suerte el maestro aún no está.

Con la mirada busco a las chicas hasta que las encuentro sentada entre los asientos del medio. Camino hacia ellas y me siento junto a Ali, ambas giran su cabeza hacia mí.

—¿Qué? —Tengo que preguntar porque no dejan de verme como si tuviera dos cabezas.

—¿Qué está pasando contigo? —Pregunta Lisa.

—¿A qué te refieres?

—Que has pasado la semana distraída.

—Ustedes lo dijeron, sólo estoy algo distraída, nada más —digo empezando a sacar mis cuadernos y libros.

Mi primer amor |#1|✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora