Un día como otro cualquiera

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"Un día como otro cualquiera", esas eran las palabras que me repetía una y otra vez. ¿Qué era eso?, ¿Qué siente uno cuando dice esas palabras?
Antes, por la mañana, mi madre siempre me despertaba y mi padre siempre desayunaba conmigo. Más tarde, iba al instituto con los amigos, eso era lo que me habían dicho. Esa era la rutina que yo pensaba que había tenido siempre.
Nunca tuve ninguna sospecha de que alguna palabra que me decían no era cierta, nunca. Pero solo hasta entonces, hasta ese día. Era a finales de verano y comienzos de otoño, la noche todavía era cálida y el sueño no conseguía apoderarse de mí, sin ganas de seguir en cama me levanté para coger un vaso de agua en la cocina. Una vez saciada mi sed, me dispuse a volver a mi habitación. Antes de llegar, oí voces provenientes de la habitación de mis padres, la luz estaba encendida. Sigilosamente me acerqué a la puerta para escuchar, al parecer estaban discutiendo.
-Cariño, debemos decirle la verdad. Tarde o temprano lo sabrá.
"¿Qué verdad?" Para asegurarme más tarde de que no estaba soñando cogí el móvil y decidí grabar la discusión.
-No se lo digas todavía por favor, no quiero que lo sepa todavía, deja que la esta situación siga durante un tiempo más, solo un poco más.
-¿Durante un tiempo? ¿Cuánto?
-Una semana. Dame aunque sea una semana, si después de esta semana no recupera la memoria, se lo contaremos todo, sin esconder nada y sin mentiras.
-De acuerdo, sólo esta semana, nada más.
Al acabar la discusión, todo volvió a la normalidad. Apagaron la luz, y el silencio y la tranquilidad absoluta invadieron la casa.
Después de eso, en mi cabeza rondaban estas preguntas:" ¿Qué es lo que me están escondiendo? ¿Qué es lo que mamá no me quiere decir?"
Todo lo que pasó después de ese accidente era muy extraño, nada era igual, nada en mi vida encajaba.
No tenía memoria de la vida que había tenido, mis padres me escondían algo y, a pesar de que la gente de mi alrededor me trataba bien, no me inspiraban confianza ninguna. No sé qué había pasado conmigo, no me entendía ni yo. Una parte de mí, quería esforzarse en adaptarse a este ambiente que me parecía tan desconocido y, otra parte de mí, solo quería alejarse de este lugar lo más lejos posible.
Con esos pensamientos en la cabeza, mis parpados empezaron a cerrarse, cada minuto que pasaba pesaban más, hasta que finalmente caí en un profundo sueño.
El día siguiente todo volvió la normalidad, es como si nada hubiese pasado. Así pasaron el resto de los días, cada día tenía más curiosidad de lo que me escondían, hasta el quinto. El día que por fin la curiosidad superó el miedo, el día que decidí exponer abiertamente mis preocupaciones y dudas.
A diferencia de esa noche, hoy, la tarde era fría y tormentosa. Un ambiente que sin duda ninguna me acompañaba. No sabía por qué, pero tenía muy malos presentimientos. Algo nefasto estaba a punto de pasar.
En un momento concreto del día, mis padres coincidieron en la sala de estar cada uno haciendo sus quehaceres. Lentamente moví el pomo de la puerta y la fui abriendo, a parte del sonido de la tele todo permanecía en silencio, en la sala no volaba ni una mosca.
Armé todo el valor que pude y con movimientos limpios y rápidos me deslicé por la pequeña habitación hasta quedarme entre ellos y la televisión.
-Papá, mamá, tengo algo que preguntaros.
-¿Tiene que ser ahora? Es nuestro día libre, ¿no nos lo podría preguntar otro día?
-No, tiene que ser ahora.
-Entonces pregunta, pregunta.-Dijo bostezando.
-Es sobre... Pues... Quería saber si vosotros dos me escondías algo.
-¿Nosotros?, que va. Por qué te tendríamos que esconder cosas. No tenemos razones para hacerlo.
-¿Estáis seguros?
-¿Por qué no estarlo? ¿Ha pasado algo?
-Veo que si no hablo claro no me lo contareis, no me queda más remedio. El otro día, una medianoche hace cinco días, yo sin sueño me levanté de la cama y me fui a la cocina a por un vaso de agua. Después de eso iba a volver a mi habitación, pero unos sonidos me hicieron detener el paso y girarme a la dirección de la vuestra. ¡Os pillé discutiendo! ¿Esto también me lo negareis?
-Te lo habrás imaginado, tu madre y yo no discutimos casi nunca.
-Yo también pensé que me lo había imaginado. Pero no, para asegurarme de que no fuese una simple imaginación grabé vuestra discusión.
-¿Tienes tantas ganas de saber la verdad que hasta has hecho eso?
-Sí, madre. ¡No aguanto más esta situación! Ya ha pasado más medio año desde que perdí la memoria, no quiero seguir así. ¡Necesito saber lo que está pasando! ¡Necesito saber lo que me escondéis!
-Creo que es hora que le digamos la verdad.
-Se lo quieres contar tú o lo hago yo.
-Mejor hazlo tú, tengo miedo de echarme a llorar mientras lo hago y no pudiera continuar.
-Esta es la verdad que has querido saber, así que, escucha con atención.
Asentí con un pequeño gesto de cabeza.
-Antes de contarte el transcurrido del accidente tenemos que contarte algo.
Tragué saliva y me preparé para escuchar ése "algo" que estaba a punto de salir de los labios de mi padre.
-La verdad que tienes que saber antes de todo es que, hemos sido tus padres desde ese accidente, el significado de ello es que no somos tus verdaderos padres.
Antes de esta conversación ya me había preparado para lo peor. Las palabras de "papá" me afectaron mucho, pero no tanto como pensaba. Aun así, la cabeza poco a poco me empezó a doler. Es como si millones de agujas se adentraran en ella lentamente.
-Los hechos pasaron de este modo.-Inhaló un poco de aire y empezó el relato- Era un miércoles de hace unos ocho meses. Tus padres y nosotros habíamos quedado para ir a una fiesta para antiguos alumnos de la universidad, hacía muy buen día y nada daba indicios de que pudiera suceder un accidente tan desastroso.
》En un principio todo sucedió como lo previsto, alrededor de las siete salimos de nuestra casa y nos encontramos en la vuestra. Tu padre conducía y yo estaba en el sitio del copiloto hablando con él, tu madre y Elisa estaban contigo en los sitios de atrás. Elisa te tenía mucho cariño y, en vez de dejarte que te sentaras al lado de la ventana te sentó justo al centro de tu madre y ella.
》En todo el trayecto de ida no pasó nada, nada en absoluto. El problema vino cuando volvíamos, era entonces cuando las cosas se complicaron. Era sobre ya las dos de la madrugada, el camino era tranquilo y silencioso. Por toda la carretera no pasaba ni un alma. Ésta vez era tu madre la que conducía porque ella no había bebido por lo que estaba totalmente despierta y atenta a lo que pudiese pasar. De repente, se oyeron sirenas de coches patrulla circulando a toda velocidad.
》En tan solo unos minutos vimos aparecer unos coches delante nuestro. Tanto los coches patrulla como el coche que perseguían iba en sentido contrario. Vinieron de cabeza hacia nosotros, sin tiempo de reaccionar chocaron contra nosotros y del acto perdimos el conocimiento.
》Cuando recobramos el conocimiento ya todo había cambiado, tus padres habían fallecido del impacto y tu seguías en coma.
》Cuando despertaste después de dos meses, supimos que habías perdido la memoria y decidimos adoptarte para ser tus padres y no dejarte sin nadie en quien depender.
-Esto fue lo ocurrido, la verdad que...
Cada minuto que en el relato pasaba el dolor de cabeza se intensificaba, las agujas que tenía en ella aumentaban sin cesar hasta que finalmente, sin poder escuchar como acaba la frase perdí el conocimiento.
Cuando me desperté de nuevo, frente mí solo se veía el techo blanco y capas y capas de sábanas blancas. No me sentía con fuerza alguna. Poco a poco cobré conciencia de que estaba en el hospital. No sabía por qué estaba allí hasta que vagamente fui recordando cada una de las escenas de lo ocurrido. Aun el fuerte shock que sufrí, los recuerdos del pasado seguían sellados sin ninguna intención de volver.
Moviendo lo único que podía en ese momento, es decir, la cabeza, vi a mis "padres" hablando con una enfermera. Parecían verdaderamente preocupados.
No sabía qué les diría cuando se volviesen hacía mí, así que finalmente opté por fingir estar todavía sin conocimiento para por lo menos, evitar preguntas durante un breve periodo de tiempo más.
En el mar de caos de mis pensamientos brotó esta pregunta, ¿que sería para mí,"un día como otro cualquiera"?

Un día como otro cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora