Por obvias razones, Wei WuXian no regresó YiLing al día siguiente. Estaba seguro de que Wen Qing esta vez sí lo mataría.
¿Pero qué podía hacer? ¿Irse y abandonar a los pequeños con Jiang Cheng? No, esa no era una opción, se desesperaría y capaz los amenazaría con romperles las piernas o azotarlos con Zidian. ¿Irse y llevarse a los pequeños con él? No, definitivamente no, ¿cómo le explicaría a Wen Qing y Wen Ning quienes eran esos niños? Además, se negaba rotundamente a quitarle la responsabilidad a Jiang Cheng.
Después de todo, también son sus hijos...
A pesar de que todavía le costaba creer todo aquello, ya no se sentía tan incómodo con la idea, había tenido casi dos días para pensar, aunque aún no entendía cómo había terminado casándose con el líder de Yunmeng Jiang, ¿Por qué justamente él?
Para todos Jiang Cheng, Jiang WanYin, Sandu ShengShou era un hombre de carácter fuerte, explosivo, fácilmente irritable y un tanto amargado, algunos le tenían miedo y otros simplemente no soportaban su actitud.
Sin embargo, para Wei WuXian, Jiang Cheng era una persona que siempre había buscado superarse a sí mismo entrenando constantemente, perfeccionando sus habilidades; era alguien que había luchado con todo lo que tenía tratando de defender su hogar del ataque de los Wen y presenciado como éste se reducía a cenizas, era alguien que había perdido a sus padres y que por un tiempo pensó que también había perdido a su hermano.
Jiang Cheng era ese joven que asumió el liderazgo de su secta y la hizo renacer de las cenizas como un ave fénix, el mismo que después se unió a las demás sectas para llevar a cabo la "Campaña para derribar al Sol", era aquel que después de reencontrarse y estando en privado, se aferró a él en un fuerte abrazo y no lo dejó ir hasta que se convenció a él mismo que lo que podía sentir entre sus brazos era el cuerpo de su hermano, vivo, de nuevo con él, sin que le importara el camino de cultivo que ahora usaba. Era ese mismo que se infiltraba en YiLing Wei periódicamente, a pesar de que se suponía que ambos se había enemistado.
Para Wei WuXian, Jiang Cheng era todo lo que los rumores decían, sí, pero también era un hombre con valores, con determinación, un hombre que sentía intensamente; que amaba con fuerza y que temía con profundidad perder a las personas que quería. Era alguien que sabía con certeza, pelaría con dientes y garras, y de ser necesario, perdería la vida protegiendo a los miembros de su preciada familia, su hogar, su secta.
Un suspiro se escapó de sus labios, su vista fija en el de morado, quien estaba concentrado escribiendo algo frente a él.
Y no podía negar que era atractivo.
De hecho, creo que en estos últimos años se ha vuelto más atractivo de lo que ya era...
Sus rasgos habían madurado, ya no era aquel jovenzuelo de quince años con el que se emborrachó en Gusu Lan, había aumentado unos centímetros más que él en estatura y a pesar de que seguía siendo delgado, su cuerpo estaba muy bien trabajado, sus oscuros cabellos crecieron más, pero seguía manteniéndolos en aquel recogido de siempre, las facciones de su rostro se habían endurecido un poco a causa de todo por lo que tuvo que pasar, sus cejas finas seguían ahí, mientras que sus ojos almendrados adquirieron la capacidad de mirar agudamente a la mayoría de personas y sus labios, aquellos finos labios que casi nunca mostraban una sonrisa...—Wei WuXian, ¿se puede saber qué tanto estás mirando? —ante el pequeño gruñido de Jiang Cheng, el patriarca de YiLing dio un pequeño respingo.
Por estar concentrado detallando la belleza del de morado, ni siquiera se dio cuenta cuando éste había dejado de escribir para encararlo cara a cara.
—Estaba tratando de pensar en cómo te verías con el cabello suelto -se apresuró a decir Wei Ying—. Según A-Xing, en el futuro es normal verte con el cabello suelto o solo con la parte superior recogida... Estoy seguro que te queda muy bien, A-Cheng —y acompañando aquel último comentario, una sonrisa coqueta se plantó en sus labios, provocando que las mejillas de Jiang Cheng se cubrieran con un leve rubor.
—Tonterías —dijo volviendo su mirada a la carta que recién había terminado de escribir solo para evitar la de Wei WuXian—. Hablando de los niños...
—Tus hijos —le corrigió, pero el de morado decidió ignorar el comentario.
—¿Dónde los has dejado? Pensé que te quedaste para hacerte cargo de ellos —preguntó con verdadera curiosidad, ya que tenía rato que Wei WuXian se encontraba en su oficina y no había visto señal alguna de los hermanos desde que desayunaron todos juntos.
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De hermanos a esposos... ¡Y con hijos!
FanficUn día un par de niños con apariencia singulares llegaron al Muelle de Loto en compañía de Nie HuaiSang, quien había estado cuidando de ellos desde que los encontró. Pero ya era tiempo de que alguien más se hiciera cargo de ellos y tenía los candida...