Continué en busca de alguna idea sobre qué coño hacer cuando volvió Tamayo.
T- El supuesto traslado de Raquel a la cárcel es mañana. El profesor y Estocolmo estarán esperando para sacarla y hacer el cambiazo con ayuda de Antoñanzas, ellos no saben que lo sabemos.
Ella irá con ellos y se comunicará con nosotros hasta que podamos atraparlos.
Yo- ¿y tú crees que va a funcionar?
T- Más nos vale, tú eres la que has apostado por ella.
Yo- Ya, lo digo por si la pillan.
T- No la van a pillar.
Yo- Vale, pues hazlo. Me avisas cuando lo tengas todo. -me levanté, cogí mi café y salí a tomar el aire.
Raquel se iba a ir, y aunque volvería, esperaba ya no estar para su regreso. En cuanto terminaran esta mierda y les cogieran pensaba irme de vacaciones lo más lejos posible de aquí.Tras un rato volví a entrar, estaban planificando cómo sería todo. No quise meterme demasiado, simplemente estuve dando tumbos hasta que cada uno se fue a su casa, y Raquel a la mía.
Yo- Tienes que ponerte la ropa con la que te cogieron, para que parezca que te hemos tenido ahí todo este tiempo.
R- Sí, lo estaba pensando. Mañana me la pondré.
Yo- Vale. -cenamos en silencio, no teníamos de qué hablar y tampoco queríamos hacerlo, al menos yo no.Terminamos de cenar y llevé los platos a la cocina.
Los metí en el lava vajillas y me fuí a dar un baño, dejé que el agua tibia me cubriera por completo y descansé mi cabeza en la bañera.
Estuve así un buen rato hasta que escuché golpes en la puerta.
R- ¿Ali estás bien?
Yo- Tranquila, aún no me he muerto. -salí de la bañera y me envolví en una toalla para salir del baño y meterme en mi habitación.Imagino que Raquel se habrá bañado y se habrá ido a dormir. Me desperté temprano, el bebé estaba inquieto y notaba sus patadas. ¿Quién me mandaría a mí? Pensé.
Me vestí, delinee mis ojos y me pinté los labios de un rojo sutil.
Cuando terminé Raquel ya estaba lista, caminaba de un lado a otro por el salón.
R- Estoy nerviosa... -dijo al verme.
Yo- ¿por? -contesté mientras llevaba una tostada a mi boca.
R- Por todo... joder. -se sentó en el sillón y metió su cara entre sus manos.
Yo- Mira, cuanto antes empiece antes acabará, y antes de que lo imagines estarás con tu hija y tú madre en cualquier lugar del mundo. Tú ganas, nosotros ganamos...
R- Y Sergio pierde... los chicos pierden...
Yo- Ahg... -dije mirando al techo- ¿por qué cojones te metiste si te ibas a arrepentir?
R- Por ti Alicia, joder.
Yo- ¿por mí?
R- O sea... por nuestra amistad, por el cuerpo, para ayudaros... por hacer lo correcto.
Yo- Lo que tú digas... me cepillo los dientes y nos vamos. -salimos de casa y conduje hasta las carpas.Llegamos tras un rato y el supuesto furgón de traslado ya estaba esperando.
T- Nos vemos en unos días Raquel, ya sabes, comunícate con nosotros desde que puedas. Tienes un localizador en la pulsera que te vamos a dar.
R- Vale.
T- Confiamos en ti.
R- Tranquilo. -la esposaron y se subió al furgón.
No le despedí de ella, no tenía por qué hacerlo.
Me fuí a mi mesa y comencé a recoger mis cosas.
T- ¿a dónde vas?
Yo- Necesito vacaciones.
T- Alicia, ahora no. En cualquier otro momento sí, pero ahora no.
Yo- No me jodas...
T- Eres lo mejor que tenemos, no puedes irte. Al menos no hasta que sepamos que todo ha salido bien.
Yo- Yupi. -dije irónica.- ¿Sabemos algo de Maurillo?
T- Se acaba de ir, Alicia. ¿Qué te traes con ella?
Yo- ¿yo? Quiero terminar esta puta locura e irme al caribe, a parir a gusto.
T- ¿Segura que Raquel no tiene nada que ver?
Yo- ¿Me estás vacilando?
T- Vale vale.
Yo- Bien. Ahora a coger a ese cabrón.
T- Raquel llamará en unos días, cuando esté con ellos. Para poder cogerlos a todos.
Yo- Vale. ¿Es todo por hoy?
T- Sí.
Yo- Pues me voy a mi casa a remojarme los tobillos. -cogí mi chaqueta y me fuí, estaba agotada y no solo por el embarazo.Me tiré en la cama todo el día a atiborrarme de golosinas y comida basura. Cuando llegó la noche me sentía fatal, había comido demasiado.
Tras vomitar por el embarazo y el atracón de comida me cepillé los dientes, me duché y me fuí a dormir.
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CATARSIS
RomanceMe hace sentir huracanes en el estómago. Catarsis, simbiosis, orgasmos... Es mi veneno, pero mi único antídoto. Sus ojos son el delirio en el qué pasaría el resto de mis días, como si de ese modo, la realidad fuera a doler menos. Esta historia trat...