Capítulo veintinueve.

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Rudt.

La tención poco a poco se aligeró, y las dudas se solucionaron con el tiempo, evitamos los detalles más turbios para esquivar preguntas sin respuestas aunque lo vivimos en carne propia, hay cosas que son inexplicables y tengo un no se que, que dice que hay algo que no estamos tomando en cuenta, algo que no sabemos que puede llegar a ser muy peligroso.

Mis niños o niñas o ambos se hacen de notar cada día más, todos están pendientes de ellos mientras que lo los ahogo en cremas hidratantes, no me puedo dar el lujo de sacar una sola cicatriz. Ustedes saben que yo cuido mucho mi apariencia, a diferencia de mi amiga, ella no tiene una sola línea de maquillaje y es tan hermosa, creo que debo abandonar las cremas y sombras. A menos por un tiempo.

La humedad y falta de aire me sofoca lentamente, debo salir, necesito irme de esta madriguera.

Me levanto y ya que es de tarde, decido dar un paseo siendo lo más discreta posible.

—¿A dónde crees que vas? —cuestiona Jayden a mis espaldas.

—Voy a salir un rato, me estoy asfixiando —toso intencionalmente y me volteo, necesitaba que me dejase, pasaron bastantes días y los enemigos han de saber de nuestro escape pero así mismo no soy una criminal, necesito aire.

—No puedes, al menos sola, si quieres salir me veo en la obligación de seguirte —alza su ceja.

—Esta bien, vamos, pero yo elijo el túnel —condiciono.

—Trato hecho —masculla.

No respondo nada y sigo derecho con Jay detras de mí, es estrecho para mi tamaño actual, no fue mucho lo que tuve que recorrer, y la escotilla al final daba un poco de luz para lo que había en los pasillos, la empujo y las inconfundibles hojas rojas caen al ser abierto.

—El bosque o reserva roja —suspiro.

—Sí, ten cuidado existe la posibilidad de que haya alguien a las afueras.

—No hay nadie —confirmo, y salgo con dificultades para aproximarme a la banca algo oculta entre las ramas de los árboles.

—¿Tienes pensado algunos nombres? —pregunta y mira hacía el horizonte.

—Solo uno, y es de niño —respondo.

—¿Qué sientes que son? —pregunta.

—Son demasiado quietos, como mínimo hay un niño, por lo cual me gustaría llamarlo Dylan.

—Dylan, me agrada —opina.

—Si —suspiro— Jay ¿Qué haremos?

—Esperar, pero sea cual sea su resultado nunca me alejaré de tí, eres muy importante para mí, aunque te lo he dicho cientos de veces —ríe y me mira con una deslumbrante sonrisa.

—Lo sé, tu también eres muy importante para mí —pongo ambas manos en mi pecho y no aparto la vista de su cara la cual me derrite poco a poco.

—Siempre estemos juntos —cuando quite la mano de mi pecho la dejé a mi costado y el al decir estás palabras me toma de dicha mano y la besa mientras poco a poco se acerca a mi, yo lo anhelaba, pero las imágenes de Yoaquin salvándome a pensar de estar secuestrada se hacen presente haciéndome sentir insegura. Pero decido deslizarla al costado, ese bastardo no arruinara mi felicidad.

Siento tu aliento a frutas en tu boca y yo me acercaba lentamente, mi labio superior tocaba su inferior, y suspiraba de deseo.

—¿No eras la princesa del Jaguar? Oh ya lo entiendo... Por eso te secuestró, ¿estaba celoso de él? Yoaquín es más guapo que este sujeto, sin ofender claro —me separó inmediatamente para girar mi cara de dónde provenía la voz del moreno. ¡Hasta que decidió aparecer!, ya me había olvidado de él.

Mi vida a tu lado #2 [TERMINADA✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora