Capítulo 65

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El caso ya se había cerrado, todos regresaron a sus casas tristes, con lágrimas, pues uno de los suyos ya no estaría más. Fargan acompañó a Willy a su casa mientras lo tranquilizaba, aunque Vegetta los alcanzó sólo para abrazar a Willy, quien correspondió con fuerza.

-Como lo siento –Murmuró Vegetta, sintiéndose culpable.

-Sé que hiciste todo lo que pudiste para encontrarlo –Respondió él, también queriendo calmar a Vegetta, pues lo conocía y sabía cómo se estaba sintiendo.

Por otro lado todos los demás ya estaban en sus casas, excepto Luzu, él se quedó escondido viendo como unos aldeanos construían una avanzada jaula y ponían a Jimmy dentro. Ya estaba obscuro, pero Luzu esperó a que los aldeanos se fuesen para acercarse a la jaula, sigilosamente.

-Jimmy –Llamó en un susurró, Jimmy lo miró bufando, intimidante- no quiero hacerte daño, sólo dime algo ¿Tú sabes dónde está Alex?

Luzu miró atento el comportamiento de Jimmy, intentando analiza su expresión corporal. Afortunadamente para él, Jimmy se lo puso fácil, él movió su cabeza, mirando una vez más el bosque, justo el lugar que señaló el primer día que notaron que Alex había desaparecido. Luzu sintió una pizca de esperanza nacer en él.

-Jimmy ¿Crees que puedas guiarme hasta él?

Luzu tuvo que dar unos pasos atrás, pues Jimmy se inquietó de una manera que no había visto antes, intentaba escapar. Aquello para él una señal muy clara de que Jimmy le estaba dando a Luzu, y él no perdió el tiempo, corrió tan rápido como pudo hasta su casa para llenar una mochila de víveres y cosas que necesitaría. Estaba dispuesto a ir a por Alex, aunque aquello fuese contra la ley. Siguió por alistar a Muerte, le puso su montura y sus riendas. Se puso la mochila al hombro y se puso su capucha sobre la cabeza, luego tomó las riendas de Muerte y caminó tirando de ellas hacia la salida de su casa, debía ser sigiloso. Pero no se esperó que en la puerta de su casa estarían Fargan y Willy.

-¿Qué crees que haces, Luzu? –Preguntó confundido Fargan.

-¿Qué hacéis vosotros aquí? –Intentó evadir la pregunta.

-Luzu, hablo en serio ¿Qué haces? ¿Vas a salir?

-No, yo sólo... -Comenzó a excusarse nervioso, pero Willy le interrumpió.

-Luzu, nosotros no creemos que Alex esté muerto ¿Tienes algo que decirnos? –Luzu guardó silencio un momento, luego suspiró.

-Jimmy sabe algo –Dijo sin más.

-¿Qué? –Balbuceó Willy.

-Él sabe que Alex sí está con vida, y sabe dónde está, puede guiarme –Dijo mientras se subía a la montura de Muerte-, confío en vosotros, sé que no diréis nada, necesito que os quedéis y me cubráis.

-No cuentes con que me quedaré, iré contigo –Declaró Willy, corriendo a su casa a alistar rápidamente una mochila.

-¿Qué? ¡No Willy! ¡Willy! –Exclamó susurrando, siendo ignorado rotundamente, Luzu se bajó de Muerte.

Fargan rió levemente- Yo os cubriré.

Unos minutos más tarde estaban reunidos sigilosamente en la jaula de Jimmy, aprovechando la obscuridad de la noche para pasar desapercibido. Luzu montaba a Muerte, y en el chocobo de Willy estaban montados él y detrás Fargan, listos para salir corriendo velozmente para seguirle el paso a Jimmy. Luzu tenía en su mano la herramienta perfecta para romper el candado de la jaula.

-Jimmy... -Llamó, la criatura los miró, amenazante- guíanos hasta Alex.

Jimmy rugió fuertemente, Luzu rápidamente rompió el candado y la jaula se abrió violentamente. Apenas Jimmy puso un pie afuera de la jaula comenzó a correr hacia el bosque. Los tres corrieron tras Jimmy rápidamente, sabiendo que éste no se detendría. Cuando se estaban acercando a las fronteras de Karmaland, Fargan supo que era su hora de trabajar.

-¡Por favor encuéntrenlo! –Dijo lo suficientemente fuerte como para que los dos lo escucharan.

Sabía que los chicos no tenían tiempo de detenerse, fue por eso que saltó del chocobo de Willy, fue una caída dura, pero Willy y Luzu no podían darse el lujo de mirar hacia atrás y perder a Jimmy. Fargan se había hecho varias heridas y se había lastimado el brazo, pero con decisión se puso de pie y miró a sus amigos alejarse. Suspiró y con la mano sobre su brazo malo y cojeando levemente puso cuatro minas en aquella parte de la frontera.

Jimmy despejaba a todos los monstruos que se cruzaban en su camino, mientras que Luzu y Willy le había frente a los demás como podían, sin perderle la pista a Jimmy. Las horas comenzaron a pasar y la noche comenzaba a tornarse en día, pero Jimmy ni siquiera bajaba su velocidad. El chocobo y el caballo esqueleto comenzaron a cansarse, pero simplemente no podían detenerse ahora. 

Forastero | Staxxby en KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora