[Amistad Extraña | Draco Malfoy] || La Piedra Filosofal #1

Capítulo IX

Mis amigos seguían pensando que Snape quería robar la piedra, Quirrell estaba cada vez más delgado y pálido según pasaban las semanas. Harry le daba sonrisas de ánimo que no se merecía, sabía que él estaba por robar la piedra, yo lo miraba con veneno en mis ojos y cada vez que pasaba por mi lado se asustaba y se iba rápidamente, quería interpretar el papel de profesor estúpido que tiene miedo de sus alumnos, pero conmigo no serviría.

Dánae, que hacía tiempo que no estaba con ella, me pintaba las uñas con los nuevos pinta uñas que me dio Draco por Navidad, llevaba siempre los pendientes de la snitch que ella me había regalado y también el colgante que me dio McGonagall. La última clase fue el segundo día de vacaciones en su despacho, pero no pasó nada fuera de lo común, intenté vaciar mi mente, no pude y no cambié el color de mi pelo.

Harry, Ron y Hermione pasaban por el tercer piso a menudo y escuchaban si Fluffy seguía gruñendo, para saber si seguía todo como debía estar, a veces me pasaba con ellos, y al ver que todo iba a la normalidad me iba a clases rápidamente. Y según me contaba Harry, Hermione ya había empezado a estudiar para los exámenes al igual que yo. Yo le dije que Ron y él deberían hacer eso también pero se enfadó y se fue.

Un día en la biblioteca mientras yo estudiaba con Hermione, Ron y Harry (aún que estos dos últimos más que estudiar se quejaban de que no iban a recordar nada), vimos a Hagrid en la sección de dragones, yo sabía que era un gran fan de los dragones pero... ¿Por qué estaría buscando libros justo ahora?

—Hagrid ¿qué haces aquí? —Pregunté.

—Solo miraba, ¿y vosotros? No seguiréis buscando a Nicolas Flamel ¿no?

—A Nicolas Flamel lo encontramos hace siglos —dijo Ron —y ya sabemos lo que custodia el perro también: la Piedra....

—¡Shhhh! No lo vayan diciendo por ahí.

—De hecho Hagrid, queríamos preguntarte qué más custodia a la Piedra....

—¡SHHHHH! Escuchad, venid luego a mi cabaña, no os prometo contaros nada... No vayáis diciéndolo por allí, se supone que los alumnos no saben y pensarán que yo os conté.

—Bien nos vemos más tarde.

Ron volvió con una pila de libros sobre dragones, creo que ya se qué está pasando aquí.

—Hagrid tiene que tener un dragón en su casa.

—Eso es imposible —me respondió Hermione.

—Bueno... La primera vez que nos vimos me explicó que siempre quiso un dragón... —Dijo Harry y yo lo miré preocupada.

Esa misma tarde fuimos a la cabaña de Hagrid y tocamos la puerta y nos dejó entrar. Hacía un calor infernal allí dentro, las ventanas estaban cerradas, y el fuego ardía y crepitaba. Entendí lo que estaba pasando.

—Hagrid, ¿qué tienes ahí? —Pregunté al ver un gigante huevo negro de dragón, lo reconocí inmediatamente, Charlie y yo teníamos una buena relación y me enseñó mucho sobre dragones cuando era pequeña y estaba en el hospital. Era un Ridgeback Noruego. Esos dragones eran gigantes y si era hembra sería mucho más feroz de lo que suelen ser...

Harry y yo preguntamos a la vez así que primero respondió a Harry:

—Nadie sabe como sortear a Fluffy, ni un alma, solo Dumbledore y yo —dijo con orgullo —en cuanto a ti —me miró —eso... eh...

—Es un huevo de dragón, un Ridgeback Noruego, Charlie me enseñó todo sobre dragones, Hagrid dentro de dos o tres meses ese dragón aprenderá a echar fuego y crecerá el cuádruple de lo que será cuando nazca, no puedes mantenerlo aquí... —Le dije preocupada.