La energía libidinal es aquella que se articula en función de la voluntad y el querer, y sobretodo bajo el manto del deseo y la pulsión, ya que existe esta ambivalencia de satisfacción e insatisfacción, el sujeto ya tiene la felicidad pero la encuentra sólo brevemente en el displacer y lo hace en función a sus síntomas psíquicos que repercuten en la masa movible.