𝕋𝕙𝕖 𝕝𝕒𝕤𝕥 𝕤𝕖𝕤𝕤𝕚𝕠𝕟

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-Finn, cálmate, me estás mareando.-Dijo Wyatt al verlo dar vueltas por toda la sala, llevaba así un par de minutos.-

Aunque en verdad eso lo llevaba teniendo preocupado varios días, pero hoy debía de hacerlo, ya no podía esperar más.

-¿Crees que podré hacerlo?-Preguntó con un tanto de estrés mientras que se detenía para poder mirar a su amigo a los ojos.-

-Claro que sí, Finn, estás enamorado de ella, tienes de decírselo.-Hizo una leve pausa.-¿Quién sabe?, tal vez se convierta en la futura señora Wolfhard.

Ante eso Finn sonrió, le había gustado eso de señora Wolfhard, pero su sonrisa se esfumó al pensar en todos los posibles escenarios.

-No puedo, no soy capaz, seguro de lo nervioso que estaré creerá que soy un tonto y me rechazará mientras que se ríe de mí, ¿y si en verdad no le caigo bien?-Hablaba con un gran nerviosismo.-¿Crees que soy divertido?, o me rechazará por otra cosa...¿me huele mal el aliento?-Se acercó a su amigo y abrió la boca para echar su aliento en el rostro de Wyatt.-

-Primero...¿qué mierdas haces? y segundo no, no te huele mal el aliento.-No pudo evitar reír a carcajadas.-Tú relájate, si lo estás las cosas irán mejor, hazme caso, tú sólo díselo, se nota que está por ti, al menos por lo que tú me cuentas.

-Sí, tienes razón, gracias tío.-Palmeó el hombro de Wyatt como dándole las gracias.-

-De nada, pero ahora tienes que irte, a menos que quieras llegar tarde a la reunión.

Finn asintió y se puso en pie para colocarse la chaqueta y salir del apartamento, no sin que antes Wyatt le desease buena suerte.

Aunque estuvieran en junio Canadá era un país con un clima bastante frío.

Mientras que caminaba por las calles de Vancouver no pudo evitar pensar en darse la vuelta y poner alguna tonta excusa para no tener que hacerlo, pero ya era demasiado tarde, estaba frente al edificio.

Suspiró pesadamente y con valentía abrió la puerta, dejando ver a la secretaria, la señora la cual casualmente aún no se sabía su nombre, pero después de todo, ya no le molestaba, incluso lo hacía reír.

-Buenas tardes, Finn.-Dijo la señora con una sonrisa, y eso lo dejó bastante extrañado.-

-¿Se acuerda de mi nombre?-Preguntó mientras que fruncía el ceño con confusión.-

-Pues claro, llevas más de dos meses asistiendo a las terapias, es normal que ya me sepa tu nombre.-Dijo mientras que revisaba unos documentos con un toque de desinterés ante estos.-Tus compañeros ya están dentro, pasa.-Dijo la mujer con una sonrisa.-

-Gracias.-Le devolvió la sonrisa y finalmente entró a la sala que ya conocía perfectamente.-

Ahí estaban todos sus compañeros, unas personas que se habían vuelto sus amigos en tan poco tiempo y ella, la chica que lo dejaba sin aliento, aquella chica la cual hoy sabría la verdad de una vez por todas, la verdad sobre los sentimientos de Finn.

-Hola, Finn.-Saludó David sonriente, como siempre.-Siéntate.

Y tuvo suerte, el único asiento era el que estaba al lado de ella, por lo que fue a sentarse con rapidez.

-Hola.-La saludó mientras que David sacaba unos papeles de su maleta.-

-Hola.-Sonrió dulcemente provocando que sintiese las mariposas atacando con fuerza su estómago.-

𝕋𝕙𝕖 ℂ𝕚𝕣𝕔𝕝𝕖•||ᶠⁱˡˡⁱᵉ||• [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora