INTENTO 0 "ROSE"

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_NORA_

Está vez era real, esta vez había hecho las cosas como eran, 3 pastillas, música a todo volumen, ¿dolor? Ese era el dilema, ya no podía sentir nada; un día escuche decir que soy como una rosa, puedo tener un aspecto agradable, pero estoy llena de espinas, mientras más te acercas más logró lastimarte. Y eso ya no quería para nadie, no era justo para ninguno de los tres.

-Nora abre la puerta- tres golpes, dos golpes y una maldición.

- ¡Nora! -

Era la misma voz, eran las mismas voces una y otra vez, ya no quiero ser salvada, ya me cansé de ser la rosa con espina, una rosa con espina que está marchita.

- ¡Eish hyung! Sólo quítate-

Lo siento por ambos, cerraba mis ojos lentamente y pude notar su cabellera negra, enserio me encanta como se ve.

- No hagas eso- cabellos castaños, aun podía sentir lo cálidas que son sus manos, cada vez que tuve frio viniste a mí y me arrullaste como si fuera una niña pequeña, te lo agradezco tanto.

-Necesito una ambulancia, calle 43 detrás del Central Park, edificio 343-

-No funcionará hyung- decía el de cabellos negros.

- ¡Maldición! - es la primera vez que lo escuchaba maldecir, sé que saco todo lo malo que hay en ti, tu no mereces esto.

Intentaba cerrar los ojos de una maldita vez, pero...

-No, lo prometiste, no puedes- repetía sin parar el de cabellos negros.

-No te dejaré ir así- decía el de cabellos castaños.

Necesito que me dejes ir, necesito que me dejen ir, ambos deben de soltarme de una buena vez ¿acaso no ven que soy la peor opción para ambos? No puedo seguir, aunque haya hecho promesas falsas porque conmigo solo obtenían eso, era una rosa falsa y llena de espinas.

_NARRADOR OMNICIENTE _

No era la medicina de ninguno, se convirtió en la locura de uno y en la cruz del otro, Hoseok hizo un torniquete en la muñeca derecha de Nora tratando de detener la sangre, esta vez era diferente, ella había calculado todo, él estaba seguro que llegó tarde al menos una vez llegó tarde. Jimin la cargo en su espalda, los tres salieron de aquel lugar. Ambos chicos no querían dejarla ir, se había convertido en un juego vicioso dónde ahora ella había puesto reglas, tenía el acto final para los tres. Hoseok quito la alarma del auto, se puso de conductor, Jimin iba atrás con ella....

-Que no se duerma- repetía el mayor.

-Nora, vamos no puedes hacer esto- repetía Jimin.

-Nora mírame, Nora no te rindas, no ahora- era lo único que podía decirle Jimin ¿pero ella lo haría?

Sus ojos se sentían cansados, sus pensamientos se habían esparcido, sus fuerzas estaban llegando a cero, ya no podía ser fuerte, estaba tan cansada de intentar y que nadie lo note, estaba tan cansada de ser un desastre y con ello arrastrar a esas dos personas que siempre fueron su energía y ella solo era una pila gastada. Jimin era la adrenalina, era la locura, era la electricidad que su cuerpo necesitaba, sin embargo, Hoseok era su energía, era su esperanza, era lo dulce en medio de lo amargo.

¿Algo en común con ambos? Era ella; ambos querían que Nora sobreviviera en medio de un apocalipsis que habían creado con acciones.

Llegaron al hospital corriendo por todo el pasillo pidiendo un doctor.

-Por aquí- decía un doctor de cabellos rubios.

- ¿Causa? - pregunto el doctor Kim Seok Jin

-Esto- le respondió Hoseok mientras le entregaba a su hermano mayor el frasco pequeño de tapa blanca.

ROSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora