Un Largo Viaje

Otro punto de vista

Que situación tan desdichada en la que me encuentro, hace bastante tiempo me he dedicado a viajar a lo largo de esta ciudad hostil en busca de compañía, sin embargo, para alguien viejo y torpe como yo le es muy difícil ser aceptado, mi fin se acerca, puedo sentirlo.

Aquí solía ser un lugar hermoso donde todos eran libres y la naturaleza era lo que reinaba sobre todo lo existente, pero hubo quienes la desafiaron, se levantaron en contra de lo natural, con armas y máquinas fueron desplazándola hasta que ellos se hicieron los dueños del mundo, nadie sabe de donde surgieron ni cuando, sin duda alguna son los más poderosos; al menos es lo que mi madre me dijo alguna vez, fuimos separados cuando apenas era un niño, ya no puedo recordar su rostro o su voz, solo su olor, sin embargo, aún con todos sus errores creo en ellos, en esos seres que acabaron con todo a su paso, creo que existe su bondad, por eso los busco aunque me rechacen, necesito hacerlos entender que aún hay esperanza, que lo natural debe ser restaurado de lo contrario todos vamos a perecer. Solo hay un problema, su ego es demasiado, se niegan a creer que están causando su extinción, se niegan a escuchar.

Estoy llegando a una taberna, hay un par de ellos afuera, los haré escuchar, espero mis fuerzas alcancen un poco más. Se encuentran ebrios.

- Disculpen, ¿podrían escucharme un momento por favor?

- ¿Qué es lo que quieres? – contestó de mal humor – Largo de aquí, no hay comida.

- No es eso, me gustaría hacerlos entrar en razón, el mundo, lo están destruyendo, si continúan así todos vamos a morir.

- Maldita sea. Te lo advertí.

Juro que intenté correr, pero mis flacas y viejas piernas no pudieron ayudarme esta última vez, sentí un golpe en el estómago, ira y, finalmente, silencio. Se los intenté advertir, ya no creo en el cambio, mi esperanza ha desaparecido, nunca van a aprender, son todos unos inútiles, mi viaje ha sido en vano pues ningún humano escuchará jamás a un perro.