Capítulo 2

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El hombre frente a mi no era solo extraño, era aterrador. Incluso el sonido de su voz erizó cada cabello de mi cuerpo.

Su mirada conectaba con la mía, no podía dejar de ver esos ojos amarillos. Que me intrigaba y atormentaban.

-Me ahorraré las presentaciones, Kyrith- mi nombre en su boca suena absolutamente repugnante- tus padres te dejaron algo en algún lado que me pertenece.

-No importa que hayan dejado mis padres o quiénes hayan sido. No hay nada que pueda darte que te sirva- si en algo era buena era en mantener la cordura en momentos difíciles. Por esa razón mi voz  no tembló ni por un momento.

-Francamente tengo que admitir que admiro tu capacidad de mentir, pero lo único que lograrás es tu muerte inevitable- una vez más ríe psicótica mente- te dejaré encerrada aquí para que recapacites. Volveré en en algún momento y espero oír la verdad.

A continuación se da la vuelta y sale por la puerta no sin antes darme una última mirada de advertencia. Su sombra, su inseguro vocero sale detrás de él.

Antes de que aquel hombre que me había torturado salga. Me da un último golpe en la cara.

Escupo sangre. Un dolor más a la lista de dolores que padece mi cuerpo.

Cierran la puerta tras de ellos y me dejan ahí a la espera. El dolor de mi cuerpo es  mayor que mi capacidad para pensar.

Nunca oí nada de un transportador. Todo esto es demasiado loco.

Estas personas buscan algo que mis padres dejaron pero no sé que podría ser. Mis padres no eran los mejores padres que existían. Nunca estaban en casa, no hablaban mucho y no era cariñosos.

Su pérdida dolió más por lo que podíamos ser que por lo que éramos. Siempre sentí que yo nunca estuve en sus planes y luego de su muerte me acostumbré a que no estuvieran.

Los amaba, pero ellos se amaban entre ellos y amaban la ciencia,  sentían tal vez un fuerte cariño por mi. Pero no fue hasta que comencé a vivir con mi tía que encontré el cariño y el amor familiar verdadero.

Cuando era niña vivíamos en una casa a varios quilómetros por fuera de la ciudad. Mi vecino más cercano estaba a unos 10 kilómetros de distancia, no es casualidad que me acostumbrara a pasar tiempo sola y disfrutar de esa soledad. Tuve una niñera los primeros años de mi niñez pero cuando cumplí 7 creyeron que era madura e independiente y podía manejarme sola.

Recordar la vida que llevaba, o a mis padres no era algo frecuente. Suelo bloquear esos recuerdos y enviarlos al fondo del baúl, pero aunque no quisiera necesitaba revolver en mi memoria.

Sin embargo en lo único que puedo pensar es en tía Karen. Algo en mi dice que ella ya sabía que esto podría pasar, sus palabras no tenían sentido antes pero tal vez si ahora.

Mis padres estaban metidos en algo turbio y aún muertos me siguen arrastrando con ellos.

El sentimiento de rencor hacia cual fuera la mala desición de ellos que me posiciona acá me quemaba el pecho. 

En la habitación reinaba una completa oscuridad los únicos sonidos que se escuchan eran mí respiración y una diminuta gotera en alguna parte. La sed y el dolor eran las dos cosas con las que mí cuerpo estaba batallando en este momento. Estaba dispuesta a resistir lo más que podía con el fin de regresar a casa y volver a una vida normal. Pero ser positiva no era mí mayor virtud, en mí mente me acechan los pensamientos y el  lo único que lograrás es tu muerte inevitable.

...

Mí cuerpo reacciona instantáneamente al escuchar el crujir de la puerta abriéndose.
Se me eriza la piel y mis sentidos de alertan.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2021 ⏰

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