— Te ves sexy usando traje.
— Beep beep, Richie.
El castaño trataba de arreglarse el cuello de la camisa y la corbata frente al espejo. Tenía que presentarse al trabajo en menos de veinte minutos e iba con bastante retraso en su horario. Richie estaba parado justo detrás suyo. Le observaba con el ceño fruncido y un brillo en sus ojos que no podía descifrar. No, nunca podía adivinar lo que pasaba por la mente de Tozier. Eddie le miró a través del espejo y rodó los ojos, pero se desconcentró totalmente cuando lo vio acercarse hacia él.
Richie comenzó a acomodar su camisa. Fruncía el ceño y parecía estar totalmente concentrado en el nudo. Eddie pensó que se veía adorable, no le quitó la mirada de encima en ningún momento, no podía perderse de esa escena que podría derretirle el corazón a cualquiera.
— A veces me gustaría llevarte conmigo al trabajo. Pero me pongo a pensar que algún día tendría que llevarte conmigo mientras llevo a Madonna en la limusina y esa parte no la disfruto.
Bromeó sin despegar la mirada de los ojos oscuros y profundos del amor de su vida. Esas típicas bromas siempre iban acompañadas con alguna otra. Tarde o temprano, Richie terminaba hablando de las piernas de Madonna para molestar a Eddie y así podían continuar con los juegos todo el día o hasta que terminaban besándose.
— Madonna no es un problema. Eres tú quién se roba toda mi atención. Dejó de acomodar su camisa y deslizó una mano por su nuca, acariciando con la mano abierta ahí donde comenzaba el cabello. Richard, de forma descarada claro, se mordió el labio inferior y se lo humedeció con la lengua. Así que no te preocupes, no podría quitarte los ojos de encima.
Antes de que Eddie pudiera decir algo más, o en todo caso quejarse, Richie se impulsó hacia adelante para enterrar el rostro en el cuello del menor. Besos húmedos comenzaron a extenderse por todo su cuello, maldita sea, su cuello. Richie sabía lo que podía provocar con solo darle besos en esa zona.
— Richie...
Sonrió victorioso cuando le escuchó suspirar.
— D-debo ir a trabajar.
Richie tomó a Eddie de la cintura y lo apretó contra su cuerpo. Las manos de Eddie subieron al mismo tiempo a su cabello y tiró con suavidad de sus rizos azabaches mientras sus dedos se enredaban en ellos. A Richie no parecía importarle porque siguió besando con necesidad de su cuello y aún más cuando sintió que tiró de su cabello. Eddie sabía cuánto le ponía eso a Tozier. Kaspbrak soltaba más de esos suspiros y estos solo aumentaron cuando Richie chupó su piel, dejando un chupetón.
— Salgo de trabajar a las ocho.
Se alejó de golpe, sacudiendo su mano sobre el cabello de un Eddie Kaspbrak totalmente sonrojado. Estaba jugando con él, lo sabía, el desgraciado le había vuelto a desacomodar la corbata y ahora no dejaba de comérselo con la mirada. Eddie tenía el pulso por el cielo, estaba sonrojado y sentía calor en todo su cuerpo, nisiquiera se preocupó por volver a acomodar su corbata. Apretó suavemente sus labios cuando Richie se acercó a besarle una vez más, encendiendo esa última llama que faltaba para hacerle perder el control.
— A l-las ocho.
Eddie sintió que se sofocaba cuando Richie se quitó la camisa mientras se dirigía hacia el baño, diciendo algo de que tenía que bañarse antes de irse a trabajar, Eddie realmente no lo estaba escuchando, estaba muy concentrado mirando cómo lanzaba su camisa mostaza encima de la cama y se quitaba los pantalones, los que dejó tirados en el suelo a un lado de la puerta. Pudo ver en un buen ángulo el trasero de Richie Tozier mientras desaparecía por la puerta y lo escuchaba aún hablar desde el interior del baño.
ESTÁS LEYENDO
reddie ; smut
FanfictionContenido +18. Historias variadas de Richie y Eddie, basadas en sus versiones adultas. Cabe resaltar que ningún capítulo narra una historia específica; sin embargo, todos están enlazados entre sí, manteniendo continuidad.