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Pasó una semana desde que Mint y Gun se habían sincerado sobre lo que sentían el uno por el otro. Al día siguiente Jesús y Daniel se acercaron a ellos para hacerles saber que habían visto lo que había sucedido y empezaron a imitarlos burlándose de la actitud cariñosa que tenían. Gun los miraba con mala cara mientras Mint los insultaba en inglés, hasta que llegaron Maprang y Off haciendo parar a sus amigos. Maprang les volvió a reprimir sobre por qué no debían burlarse de algo tan bonito y Off los amenazó con que como los volviera a ver haciendo algo como eso les haría comer el bordillo. Maprang, algo avergonzada, se disculpó con los dos chicos por la actitud infantil de sus amigos, inclinando un poco la cabeza. Gun le dijo que no debía disculparse por algo que no había hecho ella y Mint se lo agradeció cortésmente.

Off cada vez se fijaba más en Gun: durante las pausas entre clases, durante los entrenamientos en el gimnasio o simplemente cuando se dedicaba a acompañarlo a casa después de él. No eran amigos en sí, tampoco desconocidos, y algo más que conocidos. Su relación ahora se basaba en pequeños momentos que compartían alejados de cualquiera que les pudiera ver, y no porque alguno de los dos lo buscara de ese modo —realmente al mayor le daba igual lo que pudieran opinar Jesús o Daniel— sino porque el mundo parecía estar preparándolos siempre para que se encontraran a solas. Hablaban poco, sencillamente debido a que el menor se cerraba en banda. Se negaba a pensar que alguien amigo de Maprang, Jesús y Daniel quisiera a acercarse a él sin ningún motivo aparente. Algo dentro de él le decía que había algo que no cuadraba, pero a él le gustaría pensar que en realidad sí que le caía bien a ese chico y que quería hacerse cercano a él con toda la buena voluntad del mundo. Para él era difícil confiar en la gente si sus amistades habían sido las que le habían amargado la vida. Puede que fuera injusto con los demás en ese aspecto, pero tenía que protegerse a sí mismo de alguna manera.

Ahora mismo, todo lo que le concernía sobre Off era lo que menos le importaba. Había comenzado la primera temporada de exámenes, una temporada muy dura para los de primer año de carrera, porque todavía no sabes qué clase de pruebas escritas hacen los profesores que tienes. Podría preguntarle a alguno de sus compañeros de años superiores, pero estaba seguro de que no notarían su presencia, y si la notaban, la ignorarían amargamente. Llevaba días sin poder dormir por quedarse estudiando hasta tarde al no darle tiempo material para poder estudiar todo como es debido. Se lo habría dado si no fuera al gimnasio todos los días, en varias ocasiones se planteó fatal a su sesión diaria para quedarse estudiando en casa. Opción que, sin saber por qué exactamente, rechazaba al instante de recordar que era el momento del día en el que más tiempo pasaba con Off. Ese momento del día era el menos estresante y más relajador de su vida, entre la bien que se sentía al estar ayudando a su cuerpo a tener buena salud y a los comentarios bromistas del mayor para distraerlo y que pudiera aguantar toda la sesión. Si no fuera, estaba seguro que aunque intentara estudiar, no podría. Necesitaba ir.

Lo peor de toda aquella situación es que ese domingo había un pequeño festival de música que todos los años se celebraba y que acababa con un precioso espectáculo pirotécnico a la luz de la luna. No era justo, todos sus amigos iban a poder ir porque sus profesores habían decidido organizarles el calendario de tal manera de que, aunque fueran no tendrían problemas con ninguno examen. Claro, todos los profesores de la universidad, excepto los suyos. Los de Administración eran unos amargados, y gracias a ellos se iba a perder se festival que tanto le gustaba. Sara tampoco iba a ir, pero a ella no le gustaban esas cosas, así que no se perdía nada. Toy había juntado el valor para invitar a Mook a ir con él; Oab aceptó la invitación de Maprang; y Mint por supuesto iría con Tae. Todos en parejas pasándolo bien mientras él se moría del asco estudiando contabilidad.

Realmente no tendría por qué estudiar contabilidad para el lunes siguiente si aprobaba el examen que se celebraría ese mismo viernes del tema, digamos que para el que se estaba preparando en realidad era una especie de recuperación muy temprana del otro, y de ese modo podría ir al festival sin problemas. El caso es que no confiaba en que su memoria y concentración lo ayudaran en esos días restantes para poder cumplir el objetivo. Ya lo tenía totalmente perdido.

¿Qué apostamos? -OffGun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora